Marshall McLuhan, según el googlazo, fue un “profesor de literatura inglesa, crítica literaria y teoría de la comunicación”, en boga en los 70´s, reconocido - continúo citando la biblioteca de nuestro tiempo- como “uno de los fundadores de los estudios de los medios y que ha pasado a la posteridad como uno de los visionarios de la sociedad de la información”.
El personaje pasó a la historia por su concepto, de “aldea global”, semilla del pensamiento y la reflexión en el mundo, y -la materia que nos ocupa- por su famosa frase: “el medio es el mensaje”, núcleo de un libro del mismo nombre.
De acuerdo con el personaje, la frase de “el medio es el mensaje”, alude a que el mensaje no puede limitarse al contenido o la información, sino que es el medio mismo. Como quien dice, importa no sólo que dice el medio -periódico, noticiero de televisión, editorialista, político, revista- sino quien lo dice.
Tal reflexión me asaltó cuando vi el día de ayer una entrevista de Clara Luz Flores Carrales en La Jornada.
No es que no sea relevante el contenido y la información. Seguramente lo es y Clara aprovechó para presentar avances de su gobierno, como la policía de proximidad, o los relojes que ha repartido entre las mujeres del municipio que gobierna en Escobedo, que en realidad, como escribe quien hizo la entrevista, “es en realidad una alarma ante cualquier peligro para recibir auxilio inmediato”, acciones que han contribuido a que hoy por hoy se convierta en la aspirante sin partido -subrayo, sin partido- de mayor peso a la Gubernatura de Nuevo León.
Importa sí, pero es más relevante el medio quien lo dice, La Jornada, el ente por excelencia de difusión de la 4t, y por supuesto, que está en el corazón del presidente….
…Ya vamos encontrando las enseñanzas de McLuhan, de su famosa frase.
¡Clara en La Jornada!
Sí, llama la atención, insisto, por el medio y lo que entraña, sobre todo cuando ella declara, a tono con la línea ideológica del multimentado emisor, que “me gusta el planteamiento de Morena de honestidad, combate a la corrupción y contra los abusos y privilegios”.
Más allá de estos vericuetos, hay otro, importante, el más relevante, de hecho.
¿Acaso el medio trata de lanzar el mensaje de que, para usar un término de moda, que, por supuesto, no conoció McLuhan, alguien influyente, quiso “dar un like”, con esta entrevista a Clara como posible candidata de Morena, una opción -no la única- que tiene la puntera?
Siguiendo esa línea de razonamiento, ¿se hizo para convencerla de que abandere el partido del presidente en Nuevo León?
A menos, clara está, de que ya estén los amarres en punto sólido, y se trate de la crónica de un evento anunciado,
Ella lo tendrá que decidir, como lo aclara en la entrevista, a pregunta expresa del reportero: “Espero, en tiempo legal, tomar una decisión a partir del 7 de octubre, cuando inicia el año electoral”.
Los tiempos, claro.
Muchos actores, interesados, de la política en Nuevo León, se quedarán pegados en sus butacas, a la espera de si Clara se va, como presume la susodicha entrevista, por MORENA, o por el PAN, o por MC, o como independiente, el espectro que tiene para tomar una decisión en su probable participación como candidata.
Y es que, en el enrarecido ambiente de la política nacional, el tema de los mensajes disfrazados está a todo lo que da.
Ayer mismo, Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa del presidente, dio un like, que luce como de oro, a una reflexión de Mario Delgado, aspirante de MORENA a la dirigencia nacional del partido, lo que despertó, usted sabe, especulaciones de mensajes cifrados de las altas esferas del poder sobre los gustos y preferencias en este proceso.
Lo dicho.
No sólo Kafka, sino McLuhan, se sentirían en el paraíso en México.