Supe de la existencia de la masonería porque mi padre pertenecía a ella, y desde adolescente yo tuve la oportunidad de asistir a tenidas blancas con él, que eran como conferencias que presentaban los integrantes de la masonería llamados masones sobre diversos temas para el público en general.
Durante esas tenidas blancas era muy notorio la capacidad de oratoria que adquirían los integrantes de la masonería durante su entrenamiento, misma que tuvieron masones de la talla de Winston Churchill, Martin Luther King Jr. y Don José María Morelos y Pavón.
También aprendí con mi padre un concepto muy relevante de la masonería: la hermandad, se llamaban entre ellos hermanos, hasta en lugares fuera de sus centros de reunión se saludaban así, y realmente se trataban como tales, mi padre, particularmente, perdió sus zapaterías en el Centro de la Ciudad de México después del temblor del 19 de Septiembre de 1985 (leer artículo sobre el Centro Histórico en SDP Noticias: Junio 14, 2019) y uno de sus hermanos masones lo apoyó para conseguir trabajo como agente de seguros en su promotoría; y hasta donde he leído, esa hermandad entre masones la tienen que jurar cuando se inician en esa carrera de vida llamada masonería.
Dicha hermandad masónica fue la que no supo respetar Don Benito Juárez, a pesar de su grandeza (leer artículo sobre Juárez en SDP Noticias: Noviembre 1, 2019), al aceptar que fuera condenado a muerte Maximiliano de Habsburgo, ambos eran hermanos masones, aunque analizando a detalle la Historia, pareciera que el que quiso hacerle Justicia a Maximiliano fue Porfirio Díaz, pero Juárez, al ser el líder máximo de la recién creada República Mexicana, fue el que tuvo que aceptar ésta traición, imperó más las leyes de esa época que la hermandad que juró como masón, y aceptó el fusilamiento de Maximiliano en el Cerro de las Campanas el 19 de Junio de 1867, y ese quizá sea el error político más grande de la Historia de México.
Por eso, la mejor enseñanza que nos dejó la Historia sobre éste suceso tan controversial de la traición de Juárez en contra de Maximiliano I de México, es que todos aquellos que sean masones, y que juramentaron solemnemente lealtad a sus hermanos masones, jamás se atrevan a traicionar a alguno de ellos, y si lo van a hacer, mejor que primero renuncien a la masonería.
Nota cultural: El libro “Los grandes iniciados” editado en el año 1889 por el escritor francés Edouard Schuré, además de hablar de los secretos de la masonería, reconoce la importancia de la hermandad como fundamentalismo de la misma.
Otra nota cultural: La película “Juárez y Maximiliano: La caída de un imperio”, de las primeras sonoras de México, filmada en 1933, se puede encontrar en el canal de Eduardo VZ en YouTube.