El Director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, alertó a que estemos pendientes a la eventualidad muy probable de otras pandemias, la reflexión del funcionario, no es ni ocurrencia, ni amenaza alucinógena, es una realidad bastante probable en el escenario del siglo veintiuno. Nadie podría asegurar que no habría otra pandemia o la aparición de otro virus letal.

El director de la OMS, señaló que la experiencia con el Covid-19 debe servirnos para prevenir otro escenario como el que marcó el año 2020. En nuestra modesta opinión, aún sin saber las condiciones de otra pandemia, incluso más letal, podríamos estar en posibilidades de superarla.

El uso de cubrebocas, evidenció la falta de sentido común de la mayoría de todos los mexicanos, recuerdo de niño la exigencia de mi abuelita y de una tía doctora que nos prohibía los juegos con el resto de los primos cuando acusábamos síntomas de gripe.

A todos los mexicanos nos debió educar la pandemia, al menos en la obligación del uso del cubrebocas, no sólo para protección personal, sino aún más importante para protección de nuestros semejantes. Pero no obstante la propaganda de la materia y las declaraciones inclusive de personajes tan destacados como el premio Nobel de química Mario Molina, apreciamos que solo la arrogancia o la ignorancia justifican su resistencia a su uso.

Los científicos y laboratorios especializados, tendrían que aplicar sus conocimientos y experiencia para adelantarse en la prevención de nuevos agentes biológicos que puedan atacarnos en un futuro, suena a ciencia ficción, producto de una imaginación perversamente enfocada al exterminio de la humanidad, pero, alguien metería la mano al fuego garantizando que en un futuro no sucedería así.

Si el tema de la violencia ha cambiado nuestra manera de vivir, porque hemos aprendido a extremar precauciones en el caminar por las calles, a vivir en alerta permanente, el de la pandemia, cambia nuestra cotidianeidad, impacta nuestra calidad de vida, bajo la amenaza de muerte, así de crudo como verdadero es el escenario del México del futuro inmediato.

Los desafíos para gobierno y sociedad nos alcanzaron, tendríamos la infraestructura médica con recursos técnicos, materiales y humanos para enfrentar esa eventualidad y la cultura de la sociedad, será suficiente para evitar contagiarnos, seremos capaces de evitar que cundan las enfermedades, si logramos aislar la posibilidad de enfermar. Tendremos la sana costumbre de vivir con las precauciones necesarias que nos garanticen o al menos disminuyan las probabilidades de volvernos un número más en las estadísticas de mortalidad.

Los gobiernos ya deberían estar trabajando en la identificación de las etapas de riesgo de las pandemias, si hemos de convivir el resto de nuestras vidas con ellas, ya estarían preparando los protocolos mínimos necesarios para su control y las políticas de difusión para contribuir a contener sus daños. Eso es una prevención impostergable.

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@Eduardo Sadot