Acabo de regresar de la mixteca poblana y de Morelos desde donde hace tiempo tengo contacto con muchos amigos, especialmente gente del campo y obreros de la construcción. Cada que ando por estas regiones hablo con ellos y les pregunto de cómo ven las cosas de la política y de la economía del país. Sus respuestas me dejaron patidifuso. “Por fin sale a flote la pudrición de la derecha, avanza el proyecto de gobierno de AMLO, pero sigue la inanición que vive el CEN de Morena". ¿Me podrían explicar el porqué de estos comentarios? Pregunté con cierto dejo de ingenuidad. “La extradición y las iniciales declaraciones de Lozoya están abriendo la cloaca de la corrupción. Vemos que avanzan las promesas de campaña de AMLO, pero Morena no está a la altura de los acontecimientos que sacuden al país.
Sobre sus gobiernos mis amigos tienen una mala opinión. Ha crecido la inseguridad y la violencia, no hay obra pública y la corrupción está a flor de piel. Otra opinión es la que tienen con respecto al trabajo y los logros del gobierno federal. Son correctas las decisiones que está tomando en contra de los evasores fiscales, persiguiendo a los corruptos, limpiando al SAT de las factureras, del apoyo a los adultos mayores, a los campesinos, a los jóvenes y niños. Les gusta que el presidente visite y hable con la gente, que recoja sus demandas y sentimientos, que se ocupe de sus culturas, de su salud y de su educación. Ven bien que esté atendiendo las exigencias del pueblo para que se enjuicie y castigue a los que se hicieron multimillonarios a costa de la pobreza del pueblo, que los extraditados pongan al descubierto a los que se hicieron ricos al amparo del poder.
Es sabido por muchos que visito frecuentemente estos estados desde que crucé sus caminos para llegar a la capital del país. Conozco la región de la mixteca poblana porque en ella nací. Con mi gente viví la pobreza y el abandono de los gobiernos del PRIAN. Hoy observo en la gente una actitud de reconocimiento por lo que les está haciendo llegar el gobierno federal. Con motivo de la pobreza en que los anteriores gobiernos sumieron a la región, la mayoría de los hombres que hacían producir el campo tuvieron que emigrar hacia otros lugares en busca de trabajo. Los ancianos y los que se hicieron jóvenes sin sus padres han vuelto la mirada al campo y lo están volviendo a trabajar porque están recibiendo los apoyos del gobierno federal.
Quien hoy recorra estas regiones y se detenga a observar lo que antes eran plantaciones de nopal o tierras abandonadas, ahora podrán observarse las milpas, la siembra del frijol, el ajonjolí y el amaranto. El verdor de la milpa y la floración de las espigas indican que muy pronto llenarán las trojes de maíz, de otros productos agrícolas, granos que cubrirán el abasto nacional. Esto es lo que expresa el contento de la gente y lo que pone al descubierto los sentimientos y la solidaridad entre el pueblo y su gobierno.
Cuando los campesinos y compañeros de lucha supieron que estaba por regresar a la CDMX, varios de estos viejos luchadores se encontraron conmigo en busca de mayor información sobre los avances que está logrando el presidente sobre el proyecto de la 4T. Les satisface que esté resolviendo problemas muy espinosos a pesar de las campañas de odio de la derecha y de los ladrones de cuello blanco. No pude registrar su alegría que les produjo la aprehensión de Lozoya y lo que se espera que declare en contra de otros machuchones que le han robado al país. Les preocupa lo que ellos llaman “la inanición en que se debate el CEN de Morena”. Curioso, les pregunté cómo podrían contribuir a que la 4T profundice los cambios propuestos. Nosotros hacemos lo que podemos, pero no hay quien organice ni convoque a las bases del partido, respondieron. Hay que apoyar cuanto antes al Ejecutivo federal y sacar de la modorra política a los dirigentes de Morena.
El presidente les está pisando los callos a muchos políticos, empresarios y traficantes de influencias. El apoyo del pueblo y del partido son indispensables. Ahora que hemos visto que López Obrador se crece al castigo, a pesar de las campañas de odio que enfrenta de parte de la derecha enloquecida el presidente sigue moviéndose por todas partes sin la protección que corresponde a las circunstancias que se viven. Lo que pasa en Morena da pena ajena. Lo predominante en sus filas es el jaloneo, el oportunismo, lo elemental de los planteamientos que hacen los aspirantes a dirigirlo. No hay sensibilidad política ni ética ni principios, lo que sí hay en varios de ellos, es un arribismo enfermizo, trasnochado. Ojalá el CEN se entere de nuestros encabronamientos.