La libertad de las sociedades, está en la posibilidad de decidir por sí mismas; en la modificación soberana de las formas políticas que les gobiernan y en la procuración de su bienestar por medio de la participación dentro del propio esquema social.

En un escenario de auténtica libertad, el ente que conforma dichas sociedades (entiéndase al ente como persona), tiene la facultad de opinar y actuar, ya sea de manera personal o grupal, en temas como: la familia como base de construcción de valores; la educación como eje de entendimiento del civismo y las leyes como sostén de la convivencia.

En un sistema libertario, los gobernantes se acreditan como parte de sus gobernados; siendo ellos, los gobernantes, los primeros en demostrar, ejercer y procurar las libertades. La sociedad debe tener la exclusividad de elegir al sistema político que, de acuerdo a su pensamiento autónomo, le convenga.

Más allá de los dogmas propios del ser humano, las creencias deben estar ligadas al actuar legal. Es decir, en particular, la libertad de culto no puede estar exenta del acatamiento de las leyes para quienes conviven en una sociedad libre; pues obligaciones y derechos deben ser para todas y cada una de las instituciones que se conforman el Estado.

Sin embargo, es indispensable que la propia sociedad exija la autonomía de ideología. Las conquistas de los derechos elementales, siempre serán a partir de un pensamiento crítico, puesto que las ideas de progreso se generan a través del ejercicio de discernir y de posteriores acuerdos.

Los medios de comunicación deben ser un enlace entre la sociedad, gobernantes y el mundo. La información de los acontecimientos internos y externos debe proporcionarse con especial claridad, sin ningún tipo de proclividad a influir en la libertad de entender los hechos de manera unipersonal.

Es importante recalcar que, como individuos, cada uno de quienes conforman las sociedades, deben contar con las herramientas necesarias para formar criterios propios. En la medida en que dichos razonamientos sean de mayor calidad, se dará un rápido avance hacía un superior entorno de coexistencia.

Es una falacia pensar que el interés individual dañe el colectivo. Mientras el beneficio particular se encamine hacia conseguir una meta que no solo dé frutos al interesado sino a la comunidad, dicho interés provocará el fortalecimiento de prosperidad de toda la sociedad.

La libertad entendida como derecho inalienable del ser humano, tiene razón de ser siempre y cuando se ejerza. Es un sinsentido pensar en libertad cuando se ata el libre pensamiento del individuo o cuando se le induce para fines de conveniencia particular.

¿Utopía?