Las “proposiciones” de algunos gobernadores, fuera de toda normativa, han querido poner contra la pared al gobierno de la 4T. La Constitución prohíbe las relaciones vinculantes entre estados de la República en su inciso 1 del artículo 117. La historia ha dejado su huella y el legislador no es nada lerdo. Pero en determinados momentos con gobiernos federales consecuentes, a unos se les ocurrió que se le podía dar vueltas al epíteto y cambiarlo en la práctica por la palabra propositivo. Una alteración de la ley basada en la gramática. Si se tratara de ofertas positivas, a favor del país, la decisión, como un apoyo, podía ser aceptada. Pero toda vinculación inspira riesgos. Más en un país tan grande y la realidad lo ha demostrado. Al poco tiempo, esos sectores ya estaban exigiendo reconocimiento legal, tratando de crear un poder paralelo al federal, que es el que concentra en su esfera a todas las entidades de la República. Gobernadores de lo que se llama sin nivel formal Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) han creado en este sexenio un clima de inquietud basado en las amenazas, la burla y la soberbia de un grupo inicial de siete titulares al que se le han añadido tres. A lo largo de meses, apoyados por ciertos medios, han querido aparecer como víctimas del poder central cuando sus demandas rebasan lo que dice la norma. Contradictoriamente se les llama federalistas cuando en realidad están en contra del federalismo, y en ciertos niveles, más al norte, se ha hablado incluso de separatismo, siguiendo la cercanía del país del norte. Lo que sí es evidente, es que pese a que no hay ley que los defina, usan los presupuestos de los estados miembros para sus reuniones y gestiones políticas.
Contradicción: la estela del fracaso en exigencias amenazantes
La postura contestataria de los diez titulares, aunque Javier Corral, de Chihuahua, se zafó en uno de los escritos, tiene que ver con el fracaso electoral, en 2018, de los partidos a los que pertenecen esos gobernantes. Cinco son del PAN, dos del PRI, uno del MC, otro del PRD y uno más independiente. Todos quedaron rebasados en las elecciones de julio de 2018, algunos en forma lapidante, como es el caso del PRD, cuyo gobernador es el que ha expresado más inquina, seguido por el de Jalisco, que los encabeza. Una de las quejas es que el Ejecutivo no los ha recibido, falso porque ya se ha entrevistado con dos, Enrique Alfaro, de Jalisco, y Diego Rodríguez Vallejo, de Guanajuato. En ambas entrevistas, los estatales guardaron sus diatribas. Los famosos semáforos del Covid-19 fueron un pretexto para enfrentar al poder federal y una consecuencia sostenida hasta hoy, es la exigencia de que renuncie Hugo López-Gatell. Para la reunión LIX de la Conago, del 19 de agosto, reconocieron con anterioridad en un escrito que el alejamiento con el federal ha surtido efecto negativo en sus entornos. Pero su posición es muy cambiante, como de despecho; un día expresan su interés por el pacto federal y al día siguiente ya están expresando otras posturas. En el fondo lo que está presente es la lucha por desbancar el apoyo respaldado al Ejecutivo a través de las próximas elecciones y, desde luego, la propuesta de mayor presupuesto a los estados con la insistencia en revisar los términos fiscales.
Alivio para muchos fracasos o nuevas crónicas de muertes anunciadas
La hiperactividad de los gobiernos opositores se agudiza en estos tiempos cuando está en pie, pese al virus, el proceso electoral más grande de la historia, el de 2021. Ahora o nunca, piensan y le están jugando al todo. Pero sus anhelos se van frustrando. El PAN acaba de recibir una exhibida que hunde las aspiraciones de su partido y a un levantisco Ricardo Anaya, que pese a sus antecedentes se ha querido posicionar. Por otro lado, están las declaraciones tajantes de Francisco Labastida Ochoa, que confirma lo que siempre se supo, que en el interior del PRI se movía un alacranero, pero lo calmaban con la famosa lealtad. Labastida, el primer candidato a la presidencia del PRI que perdió una elección, contra Vicente Fox Quezada, del PAN, no solo describió con su frase, “lo del PRI era la crónica de una muerte anunciada”, sino que le dio el golpe final a Peña Nieto al considerarlo el peor presidente que ha tenido el PRI. Dos partidos, pues, junto con el PRD en hundimiento, que tienen poco que ofrecer al elector en los comicios próximos. Alfaro, con MC, y el llamado independiente Jaime Rodríguez, de Nuevo León, no hacen tampoco buenos quesos. Hay, pues, para varias crónicas de muertes anunciadas. Una de las novelas, la de ese título (Diana 1981), que más se han leído después de Cien años de soledad. En estos días el Nobel Gabriel García Márquez fue mencionado a profusión debido a la muerte de Mercedes Barcha Pardo, su esposa de toda la vida. Una novela aquella, con un ritmo narrativo muy interesante para describir con la fraseología de poeta sencillo que tenía el colombiano, el asesinato de un joven, que deja en la bruma la verdad, ¿fue o no amante de la novia despreciada, por cuya acusación fue anunciada su muerte?
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