El 2016 estuvo lleno de tanto fanáticos decepcionados como emocionados por Star Wars: El Despertar de la Fuerza (The Force Awakens). Pero los fanáticos entraron a la salas de cine y todos se sorprendieron de la inesperada grandeza de Rogue One.

Tomando lugar justo antes del comienzo del episodio IV de la saga de ciencia ficción, Rogue One se enfoca a la historia detrás de la creación y desarrollo de la Estrella de la Muerte y de la lucha de la Fuerza Rebelde contra el Imperio para poder detenerla.

La película fue dirigida por Gareth Edwards, quien ya había ganado una reputación de crear películas de acción y ciencia ficción destacadas con su re-make de Godzila (2014) y su filme independiente Monsters (2010).  

La lista de lo que hace a la película extraordinaria no termina: las locaciones, la música, los personajes, los efectos especiales, el casting, por decir algunos.

El logro tecnológico más ambicioso de Rogue One fue regresar a la vida digitalmente al actor Peter Cushing, fallecido en 1994, interpretando al Gobernador Wilhuff Tarkin, líder de las fuerzas del Imperio Galáctico, mismo rol que tuvo en Una Nueva Esperanza (1977).

Nunca falta un plano en la pantalla que permita saber cómo es la locación en la que los protagonistas se encuentran, ni siquiera si se trata de una nave estelar.

Lo que permite a Rogue One diferenciarse tanto del resto de las películas del universo de las Guerras de las Galaxias es que efectivamente se enfoca en la guerra, y exclusivamente en sus combatientes; mientras que en las otras siete películas el enfoque que se le da a los caballeros Jedi es tan fuerte que los sables de luz se han convertido en el ícono de la franquicia entera. En Rogue One, dichas armas tienen un papel tan mínimo que es casi omisible, su lugar lo ocupan los armas laser, naves de ataque, e inclusive granadas futurísticas.

Una enorme ventaja que tuvo Rogue One sobre las otras películas de la franquicia es que pudo adaptarse totalmente a un mercado internacional actual, demostrándolo al contar con un elenco de actores multiculturales: americanos, latinoamericanos, europeos, asiáticos y hasta a un androide.

La actriz inglesa Felicity Jones interpreta a Jyn Erso. Es difícil decir que Jyn sea la protagonista principal de la historia, ya que la trama sigue las peripecias y acciones de los personajes que ella conoce o está por conocer, aunque la película sí abre con una escena de su propio pasado y orígenes. En Rogue One, no sólo Jyn toma un papel importante para el desarrollo, sino que todos los estelares tienen influenza en el progreso de la guerra.

Quizá para el orgullo de algunos paisanos, el actor mexicano Diego Luna tiene ahora un rol estelar en Star Wars como el capitán de la Alianza Rebelde Cassian Andor. Empezando como un antihéroe, sus acciones son frias y metodológicas, desde matar a un colega rebelde para que no fuera interrogado hasta atentar asesinar a un científico en lugar de capturarlo por ordenes superiores. Con el progreso, su actitud cambia de una manera que permite apreciar la complejidad del personaje y así verlo como un soldado luchando en una guerra, lo que se supone que es.

El actor danés Mads Mikkelson, interpreta a Galen Erso, un científico del Imperio Galáctico y padre de Jyn. Mikkelson es más comúnmente conocido por la serie televisiva Hannibal donde toma el papel del personaje con el mismo nombre.

El actor afroamericano Forest Whitaker interpreta a Saw Gerrera. Whiter ha sido galardonado con un Premio de la Academia, un Globo de Oro, y un Premio de Cine de la Academia Británica por su participación en el filme El Último Rey de Escocia. El personaje de Gerrera es un extremista que previamente lucho para la Rebelión, pero desertó y siguió la lucha por sus propios medios, como entrenar a huérfanos de la guerra para combates armados, entre ellos Jyn. Whitaker fue una elección ideal para interpretar a un líder carismático, efectivo pero despiadado en una guerra, como lo demostró interpretando al dictador Idi Amin. Su vestuario podría ser el más elaborado y llamativo de la película: cicatrices en el rostro, una pierna robótica, un traje destartalado de combate con una máscara de oxígeno adherida a él, un bastón metalico y una capa sucia; todo dándole un aspecto acorde con un veterano de guerra.

El actor americano Alan Tudyk hizo la voz del androide K-2SO. Tudyk ha ya había trabajado previamente dándoles voz a personajes de películas animadas, tales como Frozen, Big Hero Six, Zootopia, y Ralph El Demoledor, entre otras.

El actor y artista marcial chino Donnie Yen interpreta a Chirrut Inwe, un hombre ciego sensible a la Fuerza. El actor chino Jiang Wen interpreta a Baze Malbus, un guerrero rebelde y compañero de Chirrut.

Ben Mendelsohn interpreta al primer antagonista principal de Star Wars que no es un Sith Lord: Orson Krennic, director de Investigación Avanzada para el Imperio. Krennic es una representación más relativamente realista de la milicia desalmada; su vestimenta y manerismo de caminar y comunicarse es parece al de los oficiales de la Segunda Guerra Mundial, mismos que inspiraron a los Stormtroopers películas originales. Su codicia y orgullo lo llevó al grado de discutir por su puesto con el mismísimo Darth Vader.

No sólo participaron actores de diversos orígenes, las locaciones empleadas para la película dejaron prácticamente olvidadas las pantallas verdes. La película se lleva a cabo desde un llano ventoso de césped verde, desiertos arenosos, y hasta playas de islas tropicales, todo balanceado artísticamente con naves espaciales, tecnología de combate y, por supuesto, Stormtroopers.

Como es debido de una película en el universo de Star Wars, la música debe ser asombrosa y capaz de transportar a la audiencia, y en Rogue One definitivamente se cumple el requisito. Esta vez, no es el John Williams quien se encarga de la banda sonora, ese trabajo cae en las manos del compositor Michael Giacchino, quien ya había trabajado con el director del film en Godzila (2014).  Varios temas clásicos de la trilogía original son reutilizados en Rogue One, aparte de nuevas canciones que no se quedan atrás en grandiosidad.

Desde su primer estreno en 1977, los personajes y planetas de Star Wars han fascinado y asombrado por décadas a gente en todo el mundo, de todos los países y de todas las edades. La franquicia se extendió hasta comics, series animadas, videojuegos, y esta vez una película spin-off.

Rogue One no sólo extiende y brinda información y una perspectiva nueva al universo de George Lucas, también es capaz de funcionar como una película independiente, sin necesidad de que nadie tenga que ver las otras siete para ser asombrados por ella.