“Una sana distancia incumplida y una intentona de protesta para retomar el poder”
Resulta que a principios de octubre de 2020 el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, fue captado muy plácidamente en el restaurante de comida italiana “Vecchio Forno”, el cual se ubica en la capital mexicana; avenida Veracruz número 38, Roma Norte, delegación Cuauhtémoc. Esto de acuerdo con distintos medios de comunicación que se encargaron de compartir fotografías de él a lado de su pareja en las principales redes sociales. Las imágenes del funcionario evidenciaron lo que parecía ser una cita romántica, ya que se puede apreciar como besa a su acompañante.
Como era de esperarse, miles de internautas criticaron el comportamiento del subsecretario a quien inclusive apodaron #LordConquista, y es que en esta ocasión “susana distancia” estuvo ausente durante el encuentro. De paso, los inconformes aprovecharon para reclamarle por los más de 80,000 muertos a causa de la Covid-19 que hasta ese entonces se tenían contabilizados. Una de tantas usuarias indignadas escribió lo siguiente en su cuenta de Twitter: “Así Gatell Ni se quedó en casa. Ni guardo Susana Distancia. Ni usa cubrebocas. Ni le importan los 83,507 decesos por #Covid19 al día de hoy, gracias a su negligencia criminal. Más bien, parece que quiere festejar que se acerca a sus primeros 100K (seguidores)”.
Tiempo después, a principios de enero del año en curso, nuevamente el subsecretario fue captado en un restaurante ubicado en la Costa de Oaxaca, específicamente en la Playa Zipolite, igualmente acompañado de su pareja con quien se le fotografió en octubre, sin cubrebocas e incumpliendo susana distancia otra vez:
Con las fotos compartidas de nueva cuenta en las principales redes sociales, Gatell fue nuevamente blanco de duras críticas por contradecir sus propias palabras con sus actos. Y es que con semejante vox populi que se tiene en este país: ¿Para qué arriesgarse a convertirse injustamente en el único responsable de los miles de fallecidos por tan mortífera pandemia? Si humanos somos todos los que tenemos la dicha de leer el presente artículo de opinión y, por consiguiente, perfectibles y propensos a cometer errores, ¿No es así? La única y pequeña diferencia es que no todos somos funcionarios públicos como el caballero en cuestión, por lo tanto, podemos cumplir o no las reglas en el anonimato de nuestro hogar, de ahí que no estemos propensos a enjuiciamientos cibernéticos de todos aquellos que hipócritamente presumen perfección, ética intachable y responsabilidad personal absoluta.
¡Qué mejor oportunidad de delegar responsabilidades al responsable de la salud por su pifia evitable! Porque lo que hizo Gatell es injustificable; un error que no debe de cometerse de nueva cuenta, pero así de injustificable es también la irresponsabilidad de las miles de personas, sanas y enfermas, que no tienen el mínimo decoro en cuidarse y cuidar a los demás al acatar correctamente las medidas de higiene para reducir así el contagio de este espantoso virus. Por eso lo más cómodo, principalmente para los haraganes y escépticos irresponsables, siempre será el ignorar la verdad.
Por otra parte, en el ámbito internacional, decenas de seguidores del expresidente estadunidense Donald Trump, tomaron la sede del Congreso de los Estados Unidos ubicada en Washington, esto tras violar las barreras colocadas por las autoridades norteamericanas. Lo anterior ocurrió poco después de que el magnate se dirigiera hacia ellos con unas palabras frente a la Casa Blanca, reiterando con total seguridad que su derrota se debía a un fraude electoral orquestado en su contra. Debido a esto, como si fuera una película de acción con alto presupuesto hollywoodense, el caos se apoderó de los representantes del Congreso a quienes no les quedó de otra que arrojarse al suelo para posteriormente ser evacuados del lugar con máscaras antigases. Una imagen de este histórico acontecimiento se puede ver a continuación:
Lo cierto es que, independientemente del rumor de golpe de Estado por parte de Trump, el asalto al capitolio confirma la desesperación de la derrota por parte del exmandatario antiinmigrante. Qué doloroso ha de ser que después de tanto apostarle a la estrategia del falso nacionalismo y del discurso xenófobo los números no te favorezcan, ¿No cree usted? Ahora la historia será la encargada de posicionar a Trump como el mal perdedor, y merecido se lo tiene, ya que pudo evitar su lamentable pifia de la ilegitima exigencia al aceptar su derrota y retirarse con dignidad.
Gracias por su lectura.
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*El autor es licenciado en Sociología por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana y actual estudiante de la Maestría en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México