Las comparaciones son odiosas pero necesarias si se pretende comprender por qué en la mañanera de este día del Maestro, el Presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció no solamente a los docentes que se encontraban presentes en Palacio Nacional, sino a todos los Profesores de México.
¿Cómo “festejaron” los profesores mexicanos el día del maestro durante la administración anterior? ¿Cuánta cercanía y comunicación hubo entre el ex Presidente Enrique Peña Nieto y los Maestros?
Las posibles respuestas a estas preguntas explican por qué quienes critican los recursos discursivos de Andrés Manuel López Obrador sin ponderar las condiciones y actores que hicieron posible el éxito de su estrategia, omiten que la labor política del actual Presidente y la cercanía a la sociedad mexicana que fue construyendo durante más de una década, opaca por contraste a los estilos distantes y elitistas que caracterizaron a la anterior administración.
El rostro del Presidente, genuinamente feliz y orgulloso frente a los maestros mexicanos que iban a recibir sus reconocimientos. Los gestos de los maestros cuando abrazaban a Andrés Manuel López Obrador y pedían tomarse una foto con él. El discurso pronunciado a favor de los docentes mexicanos, en un ánimo de reconciliación y amorosa cercanía, mientras declaraba: “"nunca más se va a ofender a los maestros como se hizo, echando a andar una campaña de desprestigio"
Eso es todo. Eso era todo.
Hoy, ríos de tinta pueden correr analizando a fondo si la Reforma Educativa actual es tal o si el SNTE recuperará espacios que ya había perdido. Esas serán otras batallas por venir. Lo importante hoy, es que el Presidente de México sabe y comprueba que sin la participación, voluntad y poder de los Maestros de México, no hay avance posible. Y ese hecho puede ser considerado como el primer gran avance de su administración.
¿Usted qué opina, estimado lector?