La portada de hoy viernes 7 de mayo del diario Reforma no presenta un homenaje a las personas que fallecieron en el accidente de la línea 12 del metro de la Ciudad de México.

Los editores de ese diario claramente han tenido en mente otro objetivo al haber diseñado la enorme imagen de las 25 víctimas del percance —enorme, sí: ocupa más de la mitad de la primera página—.

De lo que se trata, más que de honrar a quienes perdieron la vida, es de dotar a la oposición de un eslogan para la última parte las campañas electorales de 2021: “los 25”.

Es una mala copia de “los 43”, cifra que después del asesinato de los estudiantes de Ayotzinapa se convirtió, el sexenio pasado, en un símbolo de la lucha contra la violencia que ha enlutado a México.

Desde luego, no se trata de tragedias comparables.

La tragedia de la línea 12 fue un accidente producto de la corrupción —terrible, indignante, y que debe llevar al castigo de los altos funcionarios públicos que por negligencia provocaron el desastre—, pero lo cierto es que en ninguna parte del desarrollo de esa obra nadie tuvo la intención de quitarle la vida a ninguna persona; si acaso, y no hay duda de ello, que buscaban quienes permitieron la pésima construcción de la también llamada línea dorada era enriquecerse con el dinero público.

La tragedia de los estudiantes de Ayotzinapa fue una masacre, es decir, de lo que se trataba era de asesinar a un grupo de jóvenes. Algo tan repetido en México desde que Felipe Calderón se lanzó a tontas y a locas a su guerra contra el narco, que por la acumulación de matanzas terminará por pasar a la historia como un genocidio generado simple y sencillamente para intentar que se dejara de hablar de un fraude electoral, el de 2006 contra López Obrador.

El asesinato de los 43 de Ayotzinapa acabó con el prestigio, poco o mucho, del priismo. Desde luego, por la masacre en sí misma, pero también porque no hubo castigo para nadie. La impunidad a veces duele más porque significa que las tragedias se repetirán.

Pero a “los 43” no se les usó como bandera electoral. Lo único que hizo la izquierda fue exigir justicia y el fin del derramamiento de sangre en un país que no puede con más violencia.

Lo que pretende el diario Reforma con “los 25” es construir, a la carrera, una frase de campaña. Que tenga éxito o no es lo de menos. Lo destacable es el carroñerismo mediático puesto al servicio de una causa política.

Lógicamente, tendrá consecuencias negativas para Morena el terrible accidente del metro, pero solo la gente éticamente muy miserable puede tratar de aprovechar electoralmente la tragedia de la línea 12.

Ya habrá tiempo de juzgar el alcance moral de la 4T. Cuando concluyan las investigaciones acerca de la línea 12 del metro que costó demasiado, jamás ha dado un buen servicio a la gente y ya ha provocado que pierdan la vida seres humanos absolutamente inocentes.

Si las investigaciones quedan en el castigo a funcionarios menores, Morena y el gobierno de AMLO serán más de lo mismo y perderán credibilidad. Si se llega al verdadero fondo del problema que provocó el desplome del tren, el actual gobierno se fortalecerá porque seguirá siendo considerado una esperanza de que las cosas en México pueden cambiar.

Pero hay que dar tiempo a que las autoridades capitalinas hagan su trabajo de juzgar al pasado reciente. Lucrar ahora con “los 25” es una inmoralidad que las víctimas no merecen.