La artritis es inflamación en las articulaciones. Se caracteriza por presentar en una o varias articulaciones: dolor, aumento de la temperatura local, coloración rojiza y limitación a la movilidad. Lo importante es determinar el origen de la artritis.
La artritis puede ser por varias causas. Golpes (artritis postraumática), infección dentro de la articulación (artritis séptica), relacionada a infecciones (artritis reactiva), después de una infección (artritis postinfecciosa).
Al descartar todas las causas anteriores y si la inflamación articular en un niño se presenta por al menos 6 semanas, la artritis se denomina actualmente artritis idiopática juvenil. Conocida anteriormente como artritis reumatoide juvenil, o artritis crónica juvenil. En los adultos se designa el término artritis reumatoide. Debo resaltar que un gran número de personas con artritis reumatoide iniciaron con la enfermedad en la niñez o adolescencia.
La artritis idiopática juvenil es de origen autoinmune. Esto significa que el sistema de defensas, conocido como sistema inmunológico, que tenemos en nuestro organismo para defendernos de infecciones, y distingue lo propio de lo extraño, sufre una desorganización y nos autoagrede, autodestruye. En este caso, hace una autodestrucción selectiva de las articulaciones. Provocando en nuestro organismo, por una reacción autoinmune, inflamación autodestructiva articular.
El no conocer la causa de esta autodestrucción, se le denomina “idiopática”. No se hereda, no se contagia, es mas frecuente en niñas. Es el efecto autodestructivo en articulaciones en un niño genéticamente susceptible bajo influencia de diferentes factores. La edad de mayor frecuencia de aparición de esta enfermedad, es entre los 2 a 4 años. Tiene una incidencia aproximada de 1 a 2 por cada 1,000 niños.
La artritis idiopática juvenil se clasifica de acuerdo al número de articulaciones afectadas y existe una variedad, en la que además de la artritis, simultáneamente hay fiebre, inflamación de hígado, bazo, y ganglios.
No existe una prueba de laboratorio, radiografía o examen específico que establezca el diagnóstico. Existen marcadores como el factor reumatoide, que orientan al diagnóstico, pero no son específicos de la enfermedad. Estos mismos marcadores pueden estar presentes en personas sanas.
El diagnóstico se realiza bajo un método de exclusión. Es decir, eliminando las causas infecciosas, traumáticas o reactivas de inflamación articular.
Los criterios para establecer el diagnóstico de artritis idiopática juvenil son: inflamación articular por 6 semanas, y el paciente debe ser menor de 16 años.
La detección oportuna evitará daños irreversibles en las articulaciones. Recordemos que el niño es un organismo en continuo crecimiento y desarrollo. De no ser evaluado, diagnosticado y tratado en forma adecuada puede tener defectos en su crecimiento, asimetría en piernas, deformidades, incapacidad para la movilidad adecuada de dedos, manos, codos, muñecas, etc. Tendrá limitaciones para vestirse, comer, jugar. La inflamación provoca dolor constante; incapacita al niño en su vida cotidiana, afecta su capacidad de aprendizaje, no los deja dormir.
No queremos niños con dolor, no queremos que la artritis les robe la infancia.
Queremos niños jugando, aprendiendo y soñando tranquilos.
La artritis en niños sí existe. El especialista para la atención de artritis en niños es el reumatólogo pediatra. En caso de detectar un niño con dolor articular, acude al reumatólogo pediatra.
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El autor, Dr. Enrique Faugier Fuentes, es reumatólogo pediatra. @EnriqueFaugier