Javier Corral, gobernador de Chihuahua se ha caracterizado por ser un luchador, un opositor que hoy se podrá replicar en las elecciones para diputados federales y así reunir a las distintas fuerzas políticas para impulsar un proyecto de gobierno.
Como gobernador ha sabido impulsar una importante agenda política para el estado de Chihuahua que incluso provocó la desesperación del compañero y camarada presidente, quien lo ataca inmisericordemente y del cual se defendió con una dignidad impresionante.
Sin embargo, su carácter machista y megalómano —muy parecido tristemente al del presidente de la República— lo lleva a usar su poder en contra de quienes puedan ser sus oponentes, aunque sean de su mismo partido, tal es el caso de la alcaldesa de Chihuahua, Maru Campos a quien ataca con todo el poder del Estado, por el simple hecho de no estar alineada a él y de quitarle reflectores.
El acoso de Javier Corral hacia su correligionaria ha llegado al extremo de que la alcaldesa se ha visto obligada a gestionar un amparo y a detonar sus diferencias con el gobernador en medios de comunicación.
La intención del gobernador Corral es la de imponer como su sucesor al actual senador del PAN, Gustavo Madero quien, por cierto, está muy bien calificado en el ámbito nacional, pero en el contexto local no tiene mayor presencia.
2021, la agenda local
Es importante recordar que para las elecciones del 2021 la agenda electoral local cobra especial importancia, por lo mismo, el senador Madero no tiene el mismo impacto a nivel estatal que la alcaldesa Maru Campos, quien incluso, por su buen trabajo, pudo reelegirse en las pasadas elecciones federales y según las principales encuestadoras como Mitofsky, Buendía, Ulises Beltrán, Alejandro Moreno y OPMI y SRS, mantiene un alto nivel de preferencia.
Perseguir y fustigar
Pero en esta jugada el gobernador Corral actúa igual que lo haría el compañero presidente y busca desprestigiar a sus oponentes con invenciones y relacionándolos con lo más podrido.
Javier Corral acusa a la alcaldesa Campos de haber recibido dinero y operar para su predecesor priista, César Duarte, detenido en julio pasado en Miami, por supuestos actos de corrupción durante su mandato. A lo que ella misma comentó que “desde el 2016 decía que tenía pruebas para meterme al bote. No lo hizo. En el 18 no lo hizo. Me reelegí dos a uno contra Morena con Andrés Manuel en la boleta. Necesitaba que yo le diera votos para tener cinco diputados locales del PAN, para que Madero fuera senador”.
Como AMLO, el gobernador Corral Jurado, rechaza que exista una persecución política en contra de la alcaldesa María Eugenia Campos y dice que se ha dedicado a cumplir con el legítimo combate a la corrupción en todas sus dimensiones, sin distingos ni excepciones, lo cual ya fue informado al Comité Ejecutivo Nacional y al Comité Directivo Estatal del PAN.
La pregunta al mandatario de Chihuahua es que, sí tiene elementos de prueba de algún ilícito que haya cometido la alcaldesa ¿por qué no acudió a la Fiscalía del Estado y que ellos se hicieran cargo de las investigaciones correspondientes? La investigación abierta que existe en contra del exgobernador Duarte ya tiene mucho tiempo y no fue iniciada por Corral.
Pero, como este asunto es evidentemente político, sí fue con la dirigencia nacional y estatal de su partido para tratar de frenar las aspiraciones políticas de la presidenta municipal.
Como dicen, “quien nada debe nada teme” y la alcaldesa da la cara a su acosador, el gobernador de Chihuahua.
Recientemente, en una entrevista con la periodista Adela Micha, Campos explicó su situación, dijo que el gobernador, Javier Corral, le avisó a Marko Cortés dirigente Nacional del PAN, que el 15 de septiembre la detendría, posteriormente lo aplazó al mes de octubre y finalmente lo haría en el mes de noviembre, situación que no se ha dado, por una sola cosa: es totalmente inocente de la fabricación de los delitos que le pretende imponer el gobernador Corral para sacarla de la contienda.
Si algo está haciendo bien la oposición es dialogar para alcanzar acuerdos de gobernabilidad, ahí está el ejemplo de los 10 gobernadores de la denominada Alianza Federalista y los partidos que están dejando a un lado sus diferencias para alcanzar alianzas importantes y poder enfrentar al viejo sistema de partido único que pretende AMLO.
Sin embargo, actitudes como la del gobernador Corral en Chihuahua, actuando como “esquirol” pueden fastidiar un gran movimiento y quedarse del lado de la miseria del oportunismo político. Ojalá Corral recapacite a tiempo.