Las recientes grabaciones del secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo, respecto a los enfrentamientos al interior del gabinete de Andrés Manuel López Obrador, ponen al descubierto quién es “la mano que mece la cuna” en la 4T.
Toledo consideró que la llamada 4T está llena de contradicciones y advirtió de "luchas de poder" al interior del gabinete federal. Reconoció tener diferencias con Rocío Nahle y acusó al Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Alfonso Romo, de “bloquear” proyectos ambientales y de transición energética.
Así lo describió Toledo: “Y trata de imponer, digamos, toda la visión que hay, que impera en el mundo, de las grandes corporaciones. Dos ejemplos concretos es que Alfonso Romo, que ha adquirido enorme centrabilidad (sic) y poder dentro del gobierno, dado por el presidente, es el operador principal para bloquear todo lo que efectivamente se ha dado en la línea de lo ambiental, de la transición energética, de la ecología, todo el tiempo”.
Gabinete dividido
Con Toledo ya suman dos miembros distinguidos del gabinete lopezobradorista que dan cuenta de los movimientos de Alfonso Romo. El primero fue Carlos Urzua, quien en su carta renuncia, prácticamente señaló lo mismo que dice Toledo, cómo Alfonso Romo se apoderó de las secretarías de Hacienda y de Economía y de apoyar proyectos poco rentables para la nación como Dos Bocas o la cancelación de la transición energética.
No se entiende cómo, siendo Romo promotor de los transgénicos, haber traicionado a su suegro, llevar a la quiebra diversas empresas y haber sido rescatado por el Fobaproa, hoy sea el hombre que mece la cuna. Romo además de influir en las secretarías de Economía, Hacienda y Energía, también controla la de Agricultura a través del secretario Víctor Villalobos y en la de Bienestar se ha apoderado del programa Sembrando Vida.
Alfonso Romo, el Fouché de la 4T
Joseph Fouché fue un temible personaje de la Revolución Francesa que igual apoyaba el movimiento revolucionario o lo traicionaba y que mandó a la guillotina al “incorruptible” Robespierre, quien, por cierto, apodado por su rival como el “chef de la Conspiración”, negoció con la Asamblea la traición.
Con las debidas proporciones guardadas, Alfonso Romo es el Fouché de la 4T.
Romo, sobrino nieto de Francisco I. Madero tiene una larga historia de desencuentros y traiciones en los que están incluidos su suegro y todos con los que ha tratado y hecho negocios.
Romo contrajo nupcias con la hija de Alejandro Garza Lagüera, desde donde se encumbró a través Valores Industriales S.A., el holding de los Garza Sada, posteriormente su suegro y él compraron Cigarrera La Moderna y, luego de venderla a la British American Tobacco, diversificaron sus inversiones reuniéndolas en Grupo Pulsar: la casa de bolsa Vector; alguna participación en medios de comunicación; intereses en telefonía; bienes raíces, y negocios agroindunstriales y los transgénicos –un sueño de Romo, que es ingeniero agrónomo– a través de Savia y su filial Seminis, donde fue acusado de acciones poco éticas y de trabajar a espaldas del consejo de administración.
Romo como Fouché, pasa por la ultraderecha —como el Opus Dei y la congregación de los Legionarios de Cristo, a reconocer su admiración por Augusto Pinochet o por el padre Maciel, está abiertamente relacionado con Carlos Salinas y apoyó decididamente al gobierno de Vicente Fox— y hoy se ha logrado posicionar como el brazo fuerte de AMLO para coordinar los esfuerzos de una agenda de izquierda liberal.
Ante estos señalamientos, en la campaña presidencial de 2018, Romo aclaró en una entrevista para El Financiero: “Soy de la mafia del poder converso”.
Romo no solo opera en la esfera del gobierno, al igual que lo hizo Fouché con la Asamblea, ahora lo hace con el Congreso para controlar la agenda legislativa que le permita consolidar su poder y, por qué no decirlo, lograr la traición a AMLO, tal como lo hizo Fouché con el “incorruptible” Robespierre.
Neoliberal y conservador
Romo no influye en Morena, un partido por demás fraccionado por intereses y grupos políticos de diferentes orígenes, pero sí lo tiene con el PT, partido de su amigo y paisano Alberto Anaya con quien además lo une la amistad de ambos con Carlos Salinas de Gortari.
Romo va por lo que no se pudo dar en agosto de 2018, cuando el ya presidente electo le habría dado vía libre a Alberto Anaya para que fuera por los diputados remanentes del PES y de ese modo, el PT fuera la tercera fuerza. Esto nunca sucedió por la negativa de Mario Delgado.
Ahora quieren utilizar a Fernández Noroña para esta simulación neoliberal, conservadora y con tufo de corrupción. ¿O será que la 4T en realidad es eso y solo se disfraza de izquierda?