“¿Quién soy yo para juzgar?”<br>

Jorge Bergoglio

El papa Francisco dio una nota que dio vuelta al mundo y cimbró al conservadurismo cristiano.

En un documental del ruso Evgeny Afineevsky, el papa 266 del catolicismo profundizó en temas como el medio ambiente, la pobreza, la migración, la desigualdad racial y de ingresos y la discriminación.

La homosexualidad y el Vaticano

La llegada del sacerdote de origen jesuita al Vaticano se dio en un momento en que el catolicismo iba en caída libre por las posturas de su antecesor, el papa Beneticto XVI, quien en un hecho insólito renunció para dar paso al carismático Francisco.

Desde que era arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio promovió el respeto hacia los homosexuales y se manifestó en contra de su discriminación, postura que mantiene hasta el día de hoy, en el que como papa defiende la existencia de una ley de unión civil entre personas del mismo sexo para proteger sus derechos.

Aunque su postura causó controversia no se debe perder de vista que, como el líder carismático que es, habla mucho y hace poco. El Papa se pronuncia por las uniones civiles, no así del sacramento.

Desde su elección como representante de la iglesia católica en 2013 adoptó un tono más tolerante hacia los homosexuales, lanzando su famosa frase "¿Quién soy yo para juzgar?", que pronunció cuando regresaba a Roma de su gira de Brasil ese mismo año: "Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la iglesia católica lo explica de una forma muy bella a esto. Dice que no se puede marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas a la sociedad”.

La postura del argentino y México

Las posturas del sumo pontífice en diversos temas han sido bien recibidas por el presidente López Obrador, que de manera pública ha expresado su simpatía por el máximo representante de la iglesia católica, a pesar de que él profesa la fe evangélica.

Sin embargo, ahora, las expresiones del papa Francisco exhiben la doble moral y el conservadurismo del compañero presidente y camarada que en otras ocasiones ha señalado que “lo que dice el Papa es verdad, es cierto. Me gusta mucho que el papa Francisco hable sobre estos temas”, sobre todo cuando se refiere a cuestiones económicas, en las que AMLO asegura incluso, que significan una renovación en la Iglesia.

El cristianismo conservador

Pero, al tocarse temas más controversiales, como son las comunidades gays, matrimonios igualitarios y la preservación de los derechos civiles que no pueden ser eliminados a causa de las preferencias sexuales, el papa Francisco se muestra abierto en lo que se puede interpretar como parte de la renovación de la iglesia, inclusive, revolucionaria, entonces AMLO, como un líder conservador, no dice ni pío.

Porque es evidente que el compañero ha venido asumiendo una de las posturas más conservadoras que pueda tener un mandatario, con la guía de su pastor Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de las Iglesias Cristianas Evangélicas en México.

Farela declaró en 2017 que presentaría ante la Cámara de Diputados y la Asamblea Legislativa una iniciativa de ley en contra del matrimonio igualitario y la adopción de niños por parejas del mismo sexo. Aseguró que “es absurdo que se llame matrimonio a personas del mismo sexo”.

“Nos parece que lo que resolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la constitucionalidad de matrimonios homosexuales fue un exceso, y no se respetaron los tratados internacionales que México ha suscrito, que también son ley suprema”.

La postura del guía espiritual del presidente tuvo eco en mayo de 2019, cuando AMLO descartó promover una ley federal sobre el matrimonio igualitario, porque consideró que ya hay un marco legal que garantiza los derechos de las personas para ejercer su libertad.

AMLO gobierna desde la doble moral que caracteriza al conservadurismo y descarta hablar de temas que han sido históricamente enarbolados por la izquierda como lo son el matrimonio igualitario, la adopción por parte de personas del mismo sexo y el aborto, se limita a repetir que su gobierno respetará la legislación y las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Andrés Manuel en más de una ocasión ha sugerido seguir la palabra del papa Francisco, postura que le beneficia, cuando la mayor parte de sus gobernados profesan la fe católica, pero tal parece que esta vez, no será el caso, cuando se trata de otorgar derechos civiles a los homosexuales y mantendrá la posición dictada por su pastor evangélico.

¿Será que su “rebaño” de la mañanera tenga el valor de preguntarle su postura acerca de las declaraciones del papa Francisco?

O será este un tema en el que su conservadurismo no le permita lucrar con la fe católica del mexicano.