El escenario económico en México para 2021 es muy delicado, los principales indicadores económicos, como empleo, deuda externa, inversión y deuda pública, muestran signos muy preocupantes.
Las micro, pequeña y mediana empresas, por cierto, las que más empleos formales generan, demandan apoyos. Sin embargo, frente al desastre, AMLO siempre ha respondido que su gobierno no haría lo mismo que sus antecesores, pedir créditos y endeudarse para apoyar a empresas privadas y rescatar a los de la “mafia del poder” y que su plan de no endeudamiento daría resultado con la inversión pública y sus proyectos emblemáticos. Decía y dice que México saldrá adelante e incluso ha mencionado que su modelo económico “único” en el mundo es el que va a dar resultado.
La realidad lo ha rebasado, no sólo en 2020 por los estragos de la pandemia, sino desde el inicio de su administración y las cosas se ponen caóticas.
Empleos
Un estudio del IMCO presentado por Valeria Moy, muestra que “durante todo 2020 se perdieron 647,710 empleos formales en el país: la pérdida más grande para un año desde que se tienen datos (1997)”. Muchos podrán decir, y con cierta razón, que fue producto de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, sin embargo, en la gráfica de empleos creados/perdidos del IMCO se muestra el comportamiento de cada año desde 1997 al 2020. En 2019, primer año de gobierno de AMLO, solamente se crearon 342,077 empleos, es decir casi la mitad de los que generó el último año de la administración de Enrique Peña Nieto, que en 2018 alcanzó 660,910 empleos creados y, de hecho, quitando 2013, fue el peor año del ex presidente.
Inversión
En el ramo de la inversión, es decir, de la suma de los recursos que se utilizan para adquirir capital fijo con el fin de aumentar producción y/o productividad, según datos del INEGI, en lo que va de la administración de AMLO, se observa una caída dramática de la inversión, tanto pública como privada.
La inversión privada cerró el 4º. trimestre de 2019 con una caída del -3.3% y para el 3er. trimestre del 2020, la caída fue de -18.8%. Cabe mencionar que la caída de la inversión en el 2º. Trimestre en lo más agudo de la crisis por la pandemia registró un pico de -37%.
La inversión pública, de la que tanto se enorgullece el compañero presidente, se comportó también a la baja. En 2019 ni el Tren Maya, ni Dos Bocas, ni el aeropuerto de Santa Lucía lograron tener un mayor impacto en la inversión, ya que al 4º. Trimestre la caída fue de -11.1%.
En dichos, el presidente puede justificarlo porque apenas estaban en fase de proyectos, pero en 2020, y siguiendo el discurso del camarada Andrés, la inversión no se detuvo,pero la caída de la inversión pública al 3er. Trimestre fue de -12.7%, es decir aún más que en el 2019.
Apoyos fiscales
En cuanto a las medidas de apoyo fiscal otorgadas por país por Covid-19, según información del servicio de inversión de Moodys y del Monitor Fiscal (IMF), hasta septiembre de 2020, México se encontró en el penúltimo sitio ¡sólo delante de Uganda! entre las más bajas del mundo, con poco más del 1% con respecto al PIB.
El endeudamiento
Pero viene lo peor, el crecimiento del endeudamiento desde que AMLO llegó a la presidencia. De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda el 1 de diciembre del 2018, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHEFSP) se ubicaba en alrededor de 10.55 billones de pesos. Al cierre de 2019 ya se encontraba en 10.87 billones de pesos y en el primer semestre de 2020, la deuda total del país se ubicó en 12.07 billones, es decir, que se presentó un incremento de 1.15 billones de pesos.
En 2018 el SHRFSP representaba un 44.85% en relación con el PIB y prácticamente se mantuvo en el 2019; sin embargo, en el primer semestre del 2020 se elevó 7.25 puntos y se ubicó en 52.10% de PIB.
Para rematar, de acuerdo con los datos del Banco Mundial presentados por Arturo Espinoza en un artículo, en sólo 25 meses, el gobierno de AMLO, ha solicitado seis créditos al Banco Mundial que ascienden a 2 mil 800 millones de dólares. Para ponerlo en perspectiva, en sus seis años de gobierno, Enrique Peña Nieto solicitó 2 mil 331 millones para 18 proyectos.
El escenario muestra una etapa crítica, por no decir dramática de la economía nacional y de las finanzas del sector público, que seguramente no está lejos de requerir -si el compañero presidente y camarada no se pone necio- de un plan de emergencia económica en el que tenga que reconsiderar algunos de sus caprichos.
Será eso o dejar al país sumergido en la peor crisis económica, de corrupción y nepotismo de la historia.