Una grieta se abrió el miércoles. No se sabe aún si es anticipo de lo que viene. 

La de Margarita Zavala fue una expulsión acelerada, un sacrificio de ese sistema que hasta hace poco la arropó, le dio recursos, le patrocinó encuestas y ahora la prefiere fuera, sencillamente porque ya estorba.

Y vale más Zavala derrotada ahora, que humillada e insignificante en mes y medio. 

“Para abril o para mayo”, anticipó Andrés Manuel López Obrador, sobre el día en que allá arriba —no sé qué tanto—, se pondrían de acuerdo para apoyar a un candidato. 

Eran 5 y quedan 4, pero en realidad son 3 porque El Bronco es de papel. 

Entre Meade y Anaya se centrará todo el apoyo para frenar a AMLO. Es obvio. Pero en unos días tendrán que resignarse a que Ricardo es la mejor carta a menos que Meade sorprenda con algo. 

¿Será la propia Margarita la encargada de levantar una mano? 

Y es que el sistema es así. De ahí la frase sobre tragar mierda, no hacer gestos y pedir otro plato. 

Anoche en Tercer Grado no descartó una declinación y anticipó que se reunirá con Anaya. 

¿Y a dónde se irán sus votos? 

Aristegui Noticias publicó que Margarita valdría (y por mucho) algo así como 3 millones de sufragios. Siendo muy optimistas y viendo el vaso medio lleno, claro. 

Con Margarita Zavala fuera, suma Anaya pero ¿cuánto? Porque no es automático. También gana Meade, al menos un respiro y a unos calderonistas más que detestan a Anaya.

La gran duda es AMLO porque crece la incertidumbre sobre qué tanto se acortará su ventaja. Lo sabremos en unas dos semanas y tras los efectos del próximo debate. 

Por lo pronto queda el registro: una grieta se abrió el miércoles.

Ya lo ha dicho el subcomandante Galeano: 

“El sistema, no hay que olvidarlo, si debe optar por asumir un género, elige ser masculino, varón, hombre, macho... Un patriarca que no por su ropaje modernizado es menos brutal y sangriento... La hidra no sólo mutó en sus modos y venenos... Al pie de la hidra, sobre los cuerpos exánimes de sus cabezas pasadas, el estado nacional, el mercado interno, la política clásica, las fronteras nacionales, las clases políticas locales, la pequeña y mediana empresa, yacen sus víctimas predilectas: la verdad y la justicia. Todos los días, a todas horas, en todos los rincones del planeta, la hidra se yergue de nuevo, rejuvenecida y hambrienta. Muerde, deglute y vomita.”.

Pero qué nadie cante la derrota de Zavala. ¿O ya se nos olvidó cómo en 2012 Josefina ganó-perdiendo? Fue algo así como 900 millones de pesos. Así de bondadoso, así de perverso. El sistema da. Y el sistema quita. 

Aquí viene su epitafio: “Lástima, Margarita”. 

Fugaz

A Juan Ignacio Ignacio Zavala: hacen buenas limpias en el Zócalo.