Lo publicamos aquí apenas el lunes. Y hoy Margarita nos responde la pregunta. ¿Se va o se queda?
Habrá que esperar a la mesa de Tercer Grado hoy por la noche, que de seguro se anotará un rating de envidia. Las cosas que ahí se digan podrán darnos una pista de hacia dónde se dirige el apoyo de la ex candidata independiente. Tanto José Antonio Meade como Ricardo Anaya deben estar relamiéndose los bigotes y apostando qué porcentaje de los electores de Margarita se llevará cada quien.
AMLO, por más que Tatiana Clouthier se desgaste declarando que son una casa de puertas abiertas que los acogerá con gusto (como a todos), no es muy probable que logre quedarse con algo del botín. Botín que por otro lado, no es muy numeroso ni creo que abone suficiente a cualquier otra causa a la que se sume. Meade está muy abajo, así es que quienes se refugien en su causa, no lograrán hacer una gran diferencia en los números del tercer lugar. Por otro lado, no todos los simpatizantes de Margarita son fieles devotos de Anaya, así es que mi opinión es que estos votantes volverán, por algún tiempo, al reino de los indecisos en tanto el tiempo transcurre mientras los candidatos en contienda intentan seducirlos.
Con la dimisión de Margarita no se abren espacios para el desgarramiento de vestiduras ni para entonar himnos de victoria, ni para ver el barco electoral cambiar el rumbo sustantivamente. Para efectos del recuento de daños, la retirada de Margarita solamente provocará ajustes de poca monta en los números de los sobrevivientes y tal vez, una competencia más cerrada entre los dos punteros de la contienda.
Esto no quiere decir que la señora Zavala, el señor Calderón y su grupo no estén enfilando sus naves hacia un puerto determinado y con objetivos precisos. Seguramente los tendrán, o tal vez los hayan tenido siempre. Tal vez este sea el plan “B” que tenían bajo la manga. Tal vez haya quienes ya lo adivinen o lo sepan. Para el resto de los mortales, solo nos queda esperar a ver de qué color pinta la linda mar para Margarita y el resto de su equipo cercano. En política, planes, siempre hay.