Ya decía algo así en mi cuenta de Twitter: está de flojera ponerse a leer a todos los mercachifles y plumas patrocinadas que pululan en estos días, con el objetivo de dictar cómo debe conducirse AMLO en los meses de transición. Y es que, los muy sin vergüenza, llevan días e incluso semanas, después de la elección del 1 de julio, queriendo dar clases de moral, buena conducta, política exterior, comunicación social, soberanía nacional, cultura, energía, et al.Digo que no tienen vergüenza porque ninguno de estos vendedores de espejitos anticipó de ninguna manera el triunfo arrollador de AMLO, ni lo que significó su campaña, ni leyó la indignación popular, ni hizo un análisis de la caída de Enrique Peña Nieto, ni explicó el fracaso de Ricardo Anaya, ni hizo ninguna lectura política relevante, pero ahora sí traen todos los autores y analogías a la mano y ya hasta hablan de un “desgaste” de AMLO.
Por cierto, ya lo decía alguien en Twitter: tal desgaste es falso. https://twitter.com/carlesmonroy/status/1022109353912856577
Más bien lo que se está desgastando son las plumas de los sirvientes del poder, que tanto dinero del presupuesto público han recibido durante los últimos sexenios.
Lo que sigue es la desgracia, escribir desde el enojo, desde la molestia contra un presidente que, por lo que se ve, va a terminar con los privilegios de tantos y tantos mercachifles -estoy evitando dar nombres para que cada quien piense en el que guste- que sólo servían para inflar nóminas y hablar bien del gobierno en turno.
Lo que debe hacer AMLO, de aquí a diciembre, está muy claro: evitar leer a tanto mercachifle y ponerse a trabajar en cumplir todo lo que prometió, que fue bastante y seguramente no le alcanzarán 6 años para poder cumplir.
Si sigue leyendo a esta gente, como yo, no va a poder desayunar bien o simplemente no va a avanzar, lo cual es precisamente el propósito de que haya tanto ruido a su alrededor, especialmente en las columnas “de opinión”. Y muy pronto el objetivo será que su popularidad caiga.
Esto es muy a parte de lo críticos que, por supuesto, deben ser los periodistas, opinólogos, moneros, y todo ciudadano, con el nuevo gobierno. Yo me refiero solamente a los que escriben por joder.
Que no se equivoque AMLO: no sólo de columnas vive el presidente electo. Las “benditas” redes sociales son, sin duda, más cercanas a la vox populi, vox Dei.
Los mercachifles y aluxes andan sueltos.