El exitoso Alejandro González Iñárritu con elegancia y sobriedad aprovechó el momento  más importante de su vida profesional para asumir el rol de líder y enviar un mensaje a Peña Nieto, las palabras del director son un golpe con sensación de nocaut para la desprestigiada administración del priista.

?El gobierno que merecemos?, cuatro palabras que nos obligan a reflexionar.

Durante años hemos imputado a quienes gobiernan como los principales causantes de todos los infortunios de la nación, en las últimas décadas del siglo pasado la lucha se centró en acabar con la dictadura del PRI, finalmente el desgaste del partido en el poder aunado con el hartazgo de la población nos llevaron a la alternancia en el año 2000.

Después de dos sexenios fallidos del PAN podemos decir con certeza que el cambio de un partido por otro no derivó en desarrollo y condiciones favorables para los mexicanos, el régimen prevaleció  y se fortaleció. Lo anterior se confirma con el retorno del PRI. ¿Qué paso? ¿Por qué dimos un giro de 360 grados?

Es evidente que no ha sido suficiente con salir a votar por uno y por otro para después asumir una posición pasiva, dejando todo en manos de aquellos que solo buscan satisfacer sus ambiciones personales. La situación actual es crítica, la decadencia y degradación de la política se hace patente con los más recientes escándalos de corrupción,  los principales partidos políticos, PRI-PVEM, PAN, PRD están convertidos en verdaderas mafias, en cárteles que luchan por territorios y se reparten el botín, la designación de candidatos comprueba el desprecio que tienen por los electores.

Llegó la hora de asumir nuestra responsabilidad. No es suficiente asumirse como un ?buen mexicano? por ser ?chambeador?, ?productivo?, ?luchón? y pagar los impuestos, esa narrativa fue creada para alejar a la gente de los temas públicos, necesitamos salir de la burbuja impuesta por la oligarquía, librarnos del adormecimiento suministrado desde los medios, es urgente razonar, cuestionar, exigir, protestar y crear conciencia, necesitamos ejercer nuestra ciudadanía de forma intensa. El día que ante una injusticia, un acto de corrupción, un abuso de autoridad o la aprobación de alguna ley que atente contra el bien común, cientos de miles salgamos a las calles para manifestarnos, estaremos trazando el camino hacia el gobierno que merecemos.