Argentina fué la primer selección en arribar a México y la última en irse, en el país del cono sur muy pocos creían en su selección, de hecho, sufrieron pára obtener el boleto en las eliminatorias; la prensa los asediaba, asi que Carlos Salvador Bilardo, después de un campamento de altura en Sudamérica, decidió huir de ese ambiente hostil, llegar 40 días antes de comenzar el campeonato mundial y continuar con la preparación de una buena vez en México.
En buena medida por los buenos oficios cómo publirrelacionista, del portero argentino y símbolo americanista, Héctor Miguel Zelada, se gestionaron las instalaciones de Coapa para la selección albiceleste, que acababan de construir su casa club, que fue estrenada por el combinado platense, y que a la fecha, funciona cómo dormitorios para los jóvenes de la cantera azulcrema.
Una anécdota que muchos no saben, es que una tarde hubo un partido amistoso entre la escuadra a la postre campeón del mundo, Argentina, y las Águilas del América, en en cual el América mexicano dió un baile a los argentinos, con gol tempranero del ya entonces famoso y gran promesa, el delantero Ricardo Pelaez. El América fua un 'sparring' más duro de lo imaginado, un sinodal estricto, que no los dejó ganar, y Bilardo lo que menos quería era eso, y mucho peor aún, perder dicho encuentro. Así que con el pretexto de hacer anotaciones, correcciones y experimentos, el juego se alargó y se alargó; el verdadero motivo era que "se acaba hasta que llegue el empate", cosa que, si es que llegó, fué ya entrada la noche, y más cómo una amable concesión por parte del Club mexicano (que no contaba con sus jugadores seleccionados para jugar el mundial), porque hay quienes lo jugaron y aseguran que dicho gol del empate jamás llegó.
El recién desaparecido, y mejor futbolista de todos los tiempos, Diego Armando Maradona, fué ferreamente marcado por el "Capitán furia", Alfredo Tena, y por el icónico defensa mexicano, Efrain "Cuchillo" Herrera, impidiendo asi el resultado que hubiese sido el presupuestado.
El América también jugó un amistoso con la selección de Irak, en el entonces centro de capacitación de la selección mexicana, el CECAP.
Otro hecho pára la historia de los mundiales, es que la selección argentina no dió la obligada vuelta olímpica en el Estadio Azteca, sino que se realizó en la cancha uno de Coapa, la casa de las Aguilas, y sitio que habia sido su hogar por cosa más de dos meses. Ahi, y con la Virgen de Luján cómo testigo, a la que se encomendaron desde su salida de la Argentina fué la vuelta olímpica, en una ceremonia íntima, y con muy pocos medios de comunicación presentes.
Caso muy especial es el del ya citado arquero argentino y entonces del América Héctor Miguel Zelada, quien por cierto, en el partido también ya comentado, jugó pára su club, ya que cómo tercer portero, Bilardo quería verlo en acción también, y es sui generis el caso Zelada, porque es el único campeón mundial de fútbol de la historia, que no jugó nunca ni un sólo minuto con su selección, pero su aporte fué importantisimo, consiguió unas instalaciones inmejorables pára la selección de su país, estratégicamente ubicadas, cerca de los estadios en los que jugaron (C.U., Azteca y Cuauhtemoc de Puebla), aparte de fungir cómo guía en el país sede donde el vivia (y aún reside, por cierto) y jugaba.
Fué Zelada quien guió al cuerpo técnico pára encontrar una tienda donde vendieran la casaca azul marino que debian usar frente a los ingleses, y que la firma LE COQ no la fabricaba con la tecnología pára el calor, cómo si lo era con la celeste y blanca, hecho que hizo que sus jugadores sufrieran de más en el encuentro de octavos de final contra Uruguay, ganando apenas pot la mínima diferencia; las playeras se encontraron, cómo de milagro, sólo que piratas, pero no pesadas y si ideales pára el calor del verano mexicano, y no hechas pára el invierno cómo las oficiales. El escudo de la AFA (Asociación de Fútbol de Argentina), se confeccionó con el equipo de computo con el que contaba el América, y sus costureras, quienes trabajaron a marchas forzadas pára que estuvieran listas, con todo y sus también improvisados números.
En fín, el mejor equipo del fútbol mexicano, contribuyó a aquel memorable campeonato mundial en nuestro país, prueba de ello es que Oscar Ruggieri, su segundo Capitán, viniera a jugar al América, en la temporada 92 - 93, y la medalla de Campeón del mundo que tiene Zelada, es en parte, cómo no, también de las poderosas Águilas del América.