El doctor Michael Ryan, Director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, declaró que para poder realizar la reapertura de las sociedades es muy importante tener localizado el virus, hacer pruebas y rastrear contactos para evitar imponer medidas de confinamiento generalizado que afectan mucho a la economía y, en cambio, aplicar medidas mucho más localizadas en donde existan brotes.

Sin embargo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos informó que México era el país que menos pruebas hacía de entre los 36 miembros, con aproximadamente 0.4 pruebas por cada mil habitantes, muy por debajo del promedio de 22.9 que mantenían las naciones de la organización.

El subsecretario Hugo López-Gatell explicó que la poca aplicación de pruebas se debía a una decisión técnica. “No nos interesa porque es inútil, costoso e inviable aplicar pruebas a todas las personas de un país, nadie sabe cuántos casos reales hay en su país” destacó, además ha insistido en que su estrategia prioriza la atención a los enfermos sobre otras medidas de contención de contagios.

Según organizaciones de comercios y empresariales, la estrategia de López-Gatell no priorizó evitar los contagios, que por sí mismo habría disminuido los fallecidos por la pandemia. Peor aún, aprovechó la alta tasa de letalidad para impulsar su agenda personal contra alimentos procesados, que poco aporta en el momento actual de la pandemia.

Por su parte, la última encuesta nacional de Mitofsky sobre la pandemia arrojó que, de tener la oportunidad, al menos 6 de cada 10 de los encuestados quisiera hacerse la prueba, es decir que el 64.8 por ciento de estas personas se la harían aún sin haber presentado síntomas.

Sin embargo, en la última actualización disponible, con fecha del lunes 17 de agosto, México ocupa el lugar 28 de entre 31 países, con una cifra de aproximadamente 9,116 pruebas por cada millón de habitantes, solo por detrás de Bangladés, Indonesia y Egipto.