Me siento parcialmente responsable del triunfo de EL BRONCO, en cuanto a que he sido quizá el más ferviente defensor de la causa independiente desde hace más de treinta años. Por lo mismo me gustaría que los independientes siguieran triunfando para restablecer un necesario balance frente los partidos —que se encuentran más que descarrilados en sus prácticas democráticas y en su ética política.

Bajo esta premisa, me atrevo a exponer una tesis que no es mía, pero se puede aplicar en la presente circunstancia que vive Nuevo León y en concreto el nuevo gobierno independiente, para “ayudar a pensar” a JAIME RODRIGUEZ CALDERON, alías EL  BRONCO INDEPENDIENTE.

Me refiero a adaptarse para gobernar en modalidad de crisis. La tesis empieza con el ser humano. Las personas no somos las mismas en tiempos normales que en tiempos de crisis. Nuestros procesos mentales son diferentes, vemos las cosas diferente y actuamos de manera diferente. Hay quienes en modalidad de crisis se atarantan, se presionan y actúan mal. Luego hay otros que funcionan mejor bajo crisis. La crisis es su elemento natural. En los momentos difíciles se aguzan sus sentidos, se ven más calmados y piensan correctamente. Luego actúan como si hicieran algo similar todos los días.

En las organizaciones, como en los gobiernos aplica esta tesis también. Hay estructuras que son muy buenas en tiempos normales, pero que fracasan miserablemente en el instante en que aparece una circunstancia inusual, como podría ser un ciclón, o algún otro tipo de emergencia. Y luego hay aquéllas organizaciones que se pulen ante los retos y logran hacer lo extraordinario.

El Gobierno de El Bronco está pasando un pésimo momento. Se combinan de pronto varias crisis. Una muy grande que no se ha resuelto y que es la falta de dinero, y dos nuevas. Una precisamente por un gasto absurdo elevado y sin sentido en la forma de la compra de una cobijas a precios no bien negociados. Y en eso sobreviene la otra megacrisis: cuarenta y nueve muertos en una batalla campal en el Penal de Topo Chico que duró cuarenta minutos imperturbada.

Vaya que si estas circunstancias generan una gran turbulencia. Porque se alimentan de la contradicción entre el gasto que parece despilfarro, que a su vez destruye la excusa de la falta de dinero y luego el talón de Aquiles en la forma de convertir el lugar más seguro, un penal estatal, en el peor descontrol de inseguridad en la historia del Estado. 

El drama que estará vigente durante días y tendrá un efecto muy perturbador. Aquí se pondrá a prueba al Gobierno que se estrena apenas y habrá que ver si este salió bueno para operar en modalidad de crisis o se deja arrastrar por una inercia que podría minar otros esfuerzos que empezaron bien pero que no se han consolidado. Toda la estructura se podría deshilachar. Estamos aplicando teoría de caos en el análisis y este produce sorpresas, muchas sorpresas.

El BRONCOGOBIERNO tendrá que empezar a operar en modalidad de crisis. No hay de otra. Y no sabemos si es bueno para eso. No está probado, aunque empezó con muchos problemas en contra. Por lo pronto podemos esperar que el bono democrático se reduzca a casi cero. Por más simpatía que tenga el ciudadano que lo apoyó, es difícil seguirle otorgando un cheque en blanco porque esta crisis tiene un futuro totalmente incierto y a nadie le gusta aparecer como un tonto en sus predicciones y menos en sus simpatías.

Creo que Jaime se organizó para tiempos de normalidad, no para tiempos de crisis. La estructura del Gobierno del Estado no ha cambiado gran cosa y lo que sucedió es algo que se podía esperar de gobiernos mañosos, descuidados y no de quien se ha manifestado como líder de un cambio político sustancial. Si el cambio en las elecciones produce cobijas caras y matanzas en penales, entonces no tiene ningún sentido.

Insisto. No sabemos cómo se manejará esta crisis ni sabemos si se sabe operar en modalidad de crisis, que requiere artes muy distintas a las de la administración en situación de normalidad. Por lo pronto me doy cuenta que muchos regios se suben a la cerca y serán mucho más cautelosos para seguir expresando su apoyo incondicional. 

Por otra parte, podemos esperar que los medios de comunicación tienen la excusa para terminar la luna de miel, si acaso la hubo. ¿Qué hará Jaime? ¿Armará excusas, o buscará en serio una recomposición de su gobierno para empezar a operar en esta nueva modalidad? Los problemas ya no se canalizarán hacia la normalidad en un buen rato. Por lo pronto, no se me ocurre algo más qué decir que pueda ayudar al proyecto de Gobierno independiente al que tanto le hemos invertido para que salga adelante y triunfante.