La década de los 80s se caracterizó por ser estrafalaria, voluminosa y muy colorida; sin duda alguna fue una época que marcó un parteaguas en el mundo de la moda y con ella distinguidas modelos acaparando gran parte de los desfiles, campañas publicitarias y portadas de revistas. Diseñadores como Bill Blass, Giorgio Di Sant, Angelo y Emanuel Ungaro tenían en la presentación de sus colecciones a destacadas modelos como Imán (quien fuera la primer modelo Afroamericana en la industria de la moda ), Gerry Hall,  Paulina Porizkova  y Christie Brinkley (esta última recordada por el  video "uptaown girl" de  Billy Joel y posteriormente vinculada  sentimentalmente con el cantante). El resto de las mencionadas estuvieron relacionadas con legendarios iconos de la música como David Bowie, Mick Jagger  y Ric Ocasek. Esta celebridad adicional de su vida privada hacía que su presencia estuviese más allá de las pasarelas; a la prensa le empieza a interesar su vida amorosa, qué comen, sus secretos de belleza y en general su vida entera.

A finales de la mencionada década, una oleada diversa de rostros  y singulares siluetas acaparan todas las miradas no tan sólo del mundo de la moda sino del mundo entero. Con el bagaje de sus antecesoras, de inmediato las célebres Naomi Campbell,  Linda Evangelista, Claudia Schiffer, Karen Mulder, Carla Bruni, Christy Turlington, Cindy Crawford, Helena Christensen y Yasmeen Ghauri, entre otras, son las protagonistas  de innumerables campañas publicitarias; son las preferidas en los desfiles de Gianni Versace, Oscar de la Renta, Gianfranco Ferré, y en videos musicales difundidos en todo el mundo, como “Freedom” de George Michael donde cinco de ellas hacen gala de su personalidad y sensualidad, portadas de revistas como Vogue, Vanidades,  Harper´s Bazaar y   Sport Illustrated, donde la imagen de estas espectaculares mujeres queda captada por  el lente de los más prestigiados fotógrafos.

Sin embargo, para las consideradas diosas de las pasarelas, no todo fue fácil. A mediados de los 90s, los celos  profesionales entre ellas y pleitos con los diseñadores  (esos mismos que las habían encumbrado) no se hicieron esperar, aunado a que la prensa especializada en moda en aquella época daba más importancia a las colecciones que tenían la presencia de estas modelos, al grado que preguntaban con anticipación quién de ellas abriría o cerraría los desfiles. Si no estaba ninguna de ellas, las colecciones pasaban a segundo término; parecía que la modelo era más importante que la moda que lucían. Fue  ahí cuando la mayoría desaparece de escena a pesar de que aún tenían buena edad para continuar.

“¡Quítenme a esa vaca Alemana!”, se dice que  fue la exclamación del diseñador Karl Lagerfeld refiriéndose a Claudia Schiffer, y es que para el diseñador la supuesta  voluptuosidad de la modelo era demasiada para seguir protagonizando las campañas de la casa Chanel.

Posteriormente, la extrema delgadez de las modelos quizás se la debamos a la expresión del llamado Kaiser de la moda sobre Claudia Shiffer. La delgadez en las pasarelas ha sido un  tema muy controversial y afortunadamente hoy en día en países como España no permiten modelos extremadamente delgadas, obligando así a que las agencias  de modelos tengan en sus listas modelos delgadas pero con apariencia más saludable.

La exigente sociedad en la actualidad apela a la inclusión de gente con diversas características, por lo cual cada quien es autónomo e independiente de llevar a cabo sus campañas como mejor le convenga.

En mi caso particular, como diseñador de modas, debo decir que es  mucho más fácil hacer ropa para las colecciones que usarán las modelos y posteriormente se hacen los mismos diseños adaptados para todo tipo de complexión, es así de sencillo, sin nada que alarmarse mucho menos que preocuparse ni  compararse ( como mencioné en una de mis columnas anteriores).

Me gusta pensar que cuando se va a un museo o a ver una obra de teatro, a ver cuerpos estéticos en la danza o la fantasía del cine, se va a ver algo que te conmueve, que te sorprende  o que te transporte, y te saque de tu realidad aunque sea por unos instantes. Si es que así, te lo permites y al  mismo tiempo participas de la sensibilidad del otro. Lo mismo sucede con un desfile de modas, como todo espectáculo y en las  artes escénicas las pasarelas deben de tener la presencia de modelos profesionales cuyo porte, distinción y elegancia junto con una belleza singular, estilizada  figura  y  el don de transmitir lo que la marca o diseñador indiquen sean las cualidades sobresalientes.

Seguiremos viendo modelos delgadas  y estilizadas en las pasarelas  (esperemos que con apariencia y esencia saludables), ya que no son irreales como algunos les llaman;  cohabitan en este planeta y así es su profesión: ser como unos maniquíes vivientes que lucen la ropa de una manera magistral, se trabaja en conjunto, cada quien hace su trabajo sin celo alguno, así que cuando vayas a un desfile no te compares con las modelos, sólo disfruta  la generosidad de la belleza, de lo sublime que resulta ver el espectáculo, y piensa que tanto ellas como los diseñadores no somos los verdaderos protagonistas. Las prendas impregnadas del vanguardismo, la creatividad, la originalidad en propuesta, el reflejo social, la visión cultural y artística del lenguaje a través de los diseños son las verdaderas estrellas. Como ven, sigue habiendo mucho más historias que contar,  mucho más preguntas que respuestas y mucho más para seguir pensando la moda.