En la antigua Roma los emperadores tenían la costumbre de hacer circular monedas con sus retratos, hoy la Constitución Mexicana es similar, tiene un sello diferente con cada Presidente. La corrupción hoy en día es el impuesto más alto que tiene que pagar el que menos tiene.
Deformar al Estado en México ha resultado más cómodo que transformarlo, donde se manifiesta la incompetencia y el incumplimiento de mandato. No podemos seguir llenando de parches nuestra Constitución y por consiguiente seguir dejando el camino libre a la corrupción.
El Ministerio Público es ministerio del pueblo, no es un empleado del gobierno y esta es una de las deformaciones constitucionales que más nos ha pesado, que el monopolio de la acción penal lo tiene el Ejecutivo y esa es la clave de la impunidad de los funcionarios públicos.
Nos urge una profunda reforma que beneficie la democracia directa, descentralización del poder y la transferencia de las decisiones a la ciudadanía, somos de los pocos países en el mundo donde no se mencionan las candidaturas ciudadanas, el Referéndum y la segunda vuelta en las votaciones .
La palabra "Reforma" en nuestro país suena más que nunca sin embargo está lejos de lo que México hoy necesita, hoy sólo se repite con nuevos ropajes la antigua teoría evolucionista que nos llevó a la más prolongada dictadura de nuestra historia : "Los caníbales no se modernizan por comer con cubiertos".
El inmediatismo y la rapiña seguirán siendo un gran obstáculo para un acuerdo nacional que comprometa por lo menos a una generación de políticos a mirar por las siguientes generaciones y no por las siguientes elecciones .
Marco Aponte Mendoza
Twitter : @marcoapontemend