Algo anda mal en Morena cuando la nota no es Claudia Sheinbaum sino Ricardo Monreal. Algo sigue mal cuando la nota es el perdedor, no la ganadora. Algo huele mal en Morena cuando su presidente, Andrés Manuel López Obrador, hace un mutis obsceno. Andrés Manuel inventa su ruina cuando vence, pero no convence.
No es el momentum de Claudia, sí lo es de Ricardo. Frío y sapiente, Monreal debe decidirse pronto e invertir el gran capital político que le entregó Andrés Manuel. La destreza de Dante Delgado, dueño como Andrés Manuel de otro partido, Movimiento Ciudadano, consolida a Ricardo. Nada es gratuito, Dante requiere mantener los millones que le dan a Movimiento Ciudadano a partir de candidaturas que solventen los porcentajes necesarios para existir; Ricardo perdió espacio en Morena, pero ganó lo principal, tiempo, y una sabia virtud, conocer el timing.
Como en el Estado de México con Delfina Gómez, Claudia Sheinbaum no es la candidata a vencer, el candidato al gobierno de la Ciudad de México a vencer es Andrés Manuel López Obrador. La gran diferencia ahora es que al desplazado ya lo victimizaron. Ninguna liturgia estadística legitima, menos las encuestas de Andrés Manuel, esa grotesca forma que, al querer dar credibilidad, proporciona no sólo sonrisas de desaprobación, sino carcajadas por la ingenuidad política.
Los negativos de López Obrador crecieron por el dedazo a Claudia Sheinbaum. La derecha ni tiene candidatos ni tiene cabida. La izquierda vendida, sí. Esa “izquierda” que representan Claudia y Ricardo. El asunto, entonces, viene con las propuestas. Si Ricardo se decide por la oferta de Movimiento Ciudadano, tendrá que buscar otros aliados, excluyendo al PAN y confrontando a Andrés Manuel López Obrador, un personaje de “izquierda” que mantiene a uno de los mayores derechistas del país como coordinador-asesor, Alfonso Romo, quien se asumió desde hace décadas en el Opus Dei, también como uno de los legionarios-millonarios de Cristo, y que mantuvo una relación orgánica-financiera con Pedro Aspe. Romo, se insiste en los círculos morenistas, fue quien impuso a Claudia Sheinbaum.
En su columna de hoy, Pancho Garfias apunta: “Ricardo puede estar, si quiere, en la boleta para elegir jefe de Gobierno, pero no con el logo de Movimiento Regeneración Nacional.
“Tiene apoyos públicos del PT y el MC.
“Nos consta que priistas de alto nivel le han guiñado el ojo. El PRD también lo ve como una opción que le ayudaría a retener el Palacio del Ayuntamiento.
“Tiene buena relación con el jefe de Gobierno, Miguel Mancera. En su entorno nos dicen que ha hablado con el panista Ricardo Anaya.
“Ojalá el delegado no cometa el mismo error que Marcelo Ebrard. El exjefe de Gobierno pudo haber sido Presidente de México, si hace seis años no se hubiese hecho a un lado para que pasara López Obrador.
“La explicación entonces fue la misma: perdió la encuesta”.
Ricardo no perdió ninguna encuesta. Fue impedido, prohibido, censurado, negado. ¿Por qué Andrés Manuel López Obrador aceptó el veto de Alfonso Romo contra Ricardo Monreal? ¿Qué historias económicas, financieras, religiosas, se esconden bajo ese veto?