Una investigación del periodista Julio Ríos, de La Jornada Jalisco, evidenció que Pablo Lemus, candidato a alcalde de Zapopan por el Partido Movimiento Ciudadano, presentó información incompleta y formatos alterados en la plataforma #3de3, impulsada por el  Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Transparencia Mexicana (TI).

En síntesis, el reportero jalisciense explicó que Lemus «no transparentó sus ingresos correspondientes a 2014, tanto en la Declaración Patrimonial como en la Declaración de Intereses que forman parte del ejercicio #3de3; además, no publicó la Declaración Fiscal de 2014, sino la de 2013».

A su vez, el IMCO confirmó que Pablo Lemus sí alteró formato de su declaración patrimonial y el candidato pemecista envió un texto para plantear su visión de las cosas.

Giovanni Sartori, científico de la política, explica que el análisis de los temas del poder debe hacerse en dos fases: primero se describe la realidad, luego se valora. Usemos ese esquema para aclarar este tema:

Los hechos

En el caso hay hechos indiscutibles:

1. El candidato del Partido Movimiento Ciudadano presentó una declaración que alteró el formato oficial;

2. La alteración de la declaración fue para omitir información, en específico las respectiva a ingresos de 2014; y

3. Al momento de presentar la declaración y promocionarla,Pablo Lemus jamás aclaró que el formato había sido modificado y que se había omitido información de 2014.

Esos son los hechos, hubo alteración de formatos e información que fue omitida, las intenciones o dificultades de trámite que pueda alegar Lemus no corresponden a esta parte del análisis.

Las valoraciones

El IMCO y Transparencia Mexicana tendrían que, por elemental congruencia y protección de la credibilidad de la herramienta #3de3, retirar su aval a las declaraciones presentadas por Pablo Lemus, porque el candidato alteró formatos, omitió información y actuó como si no lo hubiera hecho, incluso se ostentó públicamente como si fuera un aspirante transparente y cumplidor de los requisitos de esa herramienta.

La conclusión es que el pemecista no es respetuoso de las reglas (aunque sí se exhibe como un celoso seguidor de ellas). En realidad, Pablo Lemus es un candidato Montessori: hace por capricho lo que le viene en gana, si eso implica alterar un formato uniforme de transparencia, que todos los demás candidatos deben respetar, simplemente lo hace. Ese manejo berrinchudo se convierte en tramposo: Lemus se presenta como un candidato transparente, que respeta las reglas, pero en realidad las tuerce a su beneficio, para aparentar que no es opaco.

¿Cuál es el mérito de un candidato así? Uno muy pobre. A final de cuentas, lo que Lemus ofrecía era honestidad y valentía, para enfrentar la corrupción. Ahora que queda claro que miente (y que carece del valor civil para reconocer que faltó a la verdad), su diferencia cualitativa se esfuma: no tiene experiencia de gobierno y su trayectoria como empresario y locutor no es precisamente un catálogo de éxitos, sino un listado de resultados mediocres, más vinculados al beneficio de las relaciones familiares que a la capacidad y talento. Es más un junior encaprichado en ser alcalde, que un profesional exitoso que sabe mejorar el gobierno. Su supuesta ventaja era una honestidad que, en los hechos, quedó desacreditada.

Además, si ni siquiera puede presentar bien sus declaracionesde ingresos, patrimonial e intereses, ¿podrá Lemus encabezar un gobierno municipal altamente complejo? Creo que, por sus frutos, la respuesta es un rotundo no?