Camino a su consolidación como opción democrática para los mexicanos, el Movimiento de Regeneración Nacional tiene ante sí el reto de auspiciar y subsistir a una natural lucha interna, de actores que con legítimo derecho, plantean su propia visión de la vida democrática.

Un partido como Morena, llamado por la historia a ocupar su lugar genuino como la esperanza de México, incluyente por antonomasia, no podría, a poco más de 6 años de fundado, ser coto de poder de individuo o grupo alguno. Ni demarcación de tribus, ni mucho menos un formulismo discriminatorio del lenguaje de los políticos, contra ningún mexicano.

El sendero de Morena en la vía de la consolidación democrática, es el mismo camino esforzado que recorren a diario todos los mexicanos maltratados por las adversidades de un sistema (PRI-PAN-PRD y otros) que en el pasado segregó, abusivamente, a muchos actores políticos y a muchos obreros electorales, quienes en el 2018, trabajaron ya y le aportaron al triunfo de Andrés Manuel calladamente; sin recibir puesto alguno a cambio.

Un camino que habrá de recorrerse mediante la lucha de ideas y no de la discriminación o la descalificación; siendo ante todo, incluyentes.

En el estado de Sinaloa específicamente, las primeras gotas de una impresionante tormenta al interior de Morena se han dejado sentir.

Una densa nublazón de chismes, intrigas y rumores se ha desatado por quienes creían haber heredado “Morena Sinaloa”, la que a su juicio es la clásica franquicia con sucursal en aquella entidad y a cuya dirigencia como eventual reparto del ´botín´ de candidaturas para el año próximo, ya tenían asegurados. Al más puro estilo patrimonialista de los partidos tradicionales.

Muchos de estos actores locales, que han olvidado que no fueron ellos ni sus propuestas electorales, sino el tsunami llamado Andrés Manuel López Obrador, el que los llevó al triunfo electoral en 2018 y a ocupar los puestos de representación popular que hoy ostentan.

Y el temporal se ha desatado porque el exsecretario general de Gobierno y ex diputado federal por el PRI, Gerardo Vargas Landeros (‘el factor Vargas’), cometió la ‘osadía’ de levantar legítimamente la mano, para decir que aspira a competir en igualdad de circunstancias y con las reglas legalmente establecidas, por la candidatura de Morena al Gobierno de Sinaloa, en el proceso del 2021.

Un habilidoso político que, para sorpresa del suscrito, que se declara no seguidor de Vargas Landeros, mantiene un alto nivel de aceptación entre los sinaloenses, según la mayoría de las encuestas más recientes. Incluso, lo que más ha causado asombro al autor de esta entrega, es su capacidad para reinventarse y generar empatías, amarres o alianzas con diferentes fuerzas políticas, luego de haber sido señalado de militar (o flirtear) con varios partidos: Este lunes presentó un vídeo donde presenta físicamente la evidencia de estar formalmente afiliado a Morena desde el año 2016. Esto, luego de que su principal competidor y detractor, el senador morenista por Sinaloa, uno de los autoproclamados herederos de esa franquicia en el estado, negara que Gerardo Vargas Landeros estuviese afiliado al partido.

El pasado lunes 21 de septiembre, el senador morenista Rocha Moya, descartó la posibilidad de que el nombre del ex secretario general de Gobierno aparezca en las boletas de la elección del año que viene por ‘su partido’.

Él determina quienes son morenistas y quiénes no. De hecho ha trascendido que Rocha Moya asegura que el presidente López Obrador ya lo ungió extraoficialmente como el ´bueno para Sinaloa´por Morena.

Cabe señalar que Rubén Rocha Moya, ha deambulado por numerosas opciones electorales a lo largo de su ya muy caminado sendero hacia su sueño de ser Gobernador de Sinaloa. En sus orígenes, desde la entonces izquierda sin registro oficial, para luego ser miembro del PSUM, el Movimiento Popular Sinaloense, el PRD, el PRI (partido en el que fue funcionario durante la administración estatal de Jesús Aguilar Padilla y federal de Enrique Peña Nieto) y ahora, relativamente desde hace poco, es también morenista.

Pues aquí está la respuesta de Gerardo Vargas Landeros en este vídeo. Sí es miembro de Morena… y lógicamente tiene todo el derecho a aspirar a competir al interior. No obstante se le señale también de venir del PRI, del PAN y de haber organizado la creación de las Redes Sociales Progresistas (RSP).

Vargas Landeros será todo un ‘diablo mayor’ de la política mexicana, quizá, pero nadie puede negar que en este caso actúa con honestidad y legítimo derecho y además… mantiene alta popularidad y rentabilidad entre sus paisanos. Con Gerardo Vargas Landeros, renació su mentor, aquel eficiente operador político del PRI en los ochentas y exdirector de Gobierno de la Segob, en tiempos de Emilio Chuayffet, el inolvidable ser humano que fue Juan Burgos Pinto, delegado del CEN del PRI en múltiples ocasiones y entidades; alcalde de Guasave, Diputado Federal, líder del PRI estatal, entre muchos otros etcéteras. Gerardo Vargas aprendió de él; es su mejor pupilo.

Es Vargas de hecho, el más cercano competidor del senador Rocha Moya en todas las encuestas, donde mantienen materialmente un empate técnico.

Quizá por eso, el prurito de neurosis de parte del senador morenista.

Como colofón, recordaremos una de las premisas del accionar político de Juan Burgos Pinto: “La mejor política es la que suma, no la que divide”.

Y a la manera del también memorable José Vasconcelos, diremos que en esta forma de guerra que es la política, siempre se ocupa a tiempo, de ‘un abrazo que funda humanidades… y que funde idealidades’… El ‘factor Vargas’, es uno que suma y quizá multiplica… pero ni resta ni divide.