El ahora senador Gómez Urrutia no entiende; tampoco le importa. Como otros, él también nos dice: ¡qué le hace que estemos en plena contingencia por el COVID-19! Lo único relevante es que sus propuestas de reforma a la legislación laboral sean aprobadas. Eso sí, sin ponerlas en la mesa de discusión con otros legisladores y menos escuchar las opiniones de todas las partes interesadas en el tema.

El outsourcing sin duda debe ser legislado y, como suele ocurrir, existe una razón para la existencia de dicha figura, pero la propuesta del ex líder sindical no es la óptima.

Si en realidad fueran su prioridad los trabajadores, el legislador vería cómo lograr apoyarles en estos momentos de zozobra e incertidumbre. Cuando nuestras autoridades deberían de ver la forma legal de crear un pacto de emergencia económica y social conformado por todos los actores responsables.

La necedad de Gómez Urrutia es tal que, en la mañanera del viernes 27 pasado, a través de un representante de Notimex (sí, la agencia del Estado que debería ser objetiva e imparcial), buscó una respuesta de López Obrador a favor de su iniciativa de reforma al outsourcing.

Afortunadamente, le salió el tiro por la culata.

Se reiteró que quien debe llevar esta reforma en el Senado es Ricardo Monreal, como líder de Morena y –aunque Ud. no lo crea- en consenso con todos los sectores sociales y con la misma oposición. ¿Quién considera que estos momentos son para presionar con modificaciones que sólo lastimarán más a los propios empleados?

Obviamente el senador minero mexicano-canadiense ha olvidado la que debería ser su principal ocupación: legislar por el bien de toda la población de nuestro país. Especialmente él que presume haber sido un gran líder y ver por los mineros.

Ante la crisis de salud y económica por la cual atraviesa nuestro país y el mundo en general, no son momentos de seguir erosionando las pocas oportunidades de empleo para nuestra gente.

Gómez Urrutia solo busca lograr mejores condiciones para él mismo.