El principal reto del proceso de reestructura de Aeroméxico que lidera Andres Conesa no está en cómo seguir disminuyendo costos sino en como generar ingresos en medio de un mercado de pasajeros que mantiene un comportamiento muy débil.
De ahí que la propuesta que recientemente la aerolínea presentó al sindicato de pilotos en la que busca igualar las condiciones laborales a una empresa de bajo costo no va a transitar entre los integrantes de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) que encabeza Rafael Díaz Covarrubias.
Y es que si bien es cierto todos los grupos sindicales han aportado sueldos y compensaciones, el desafío es implementar un plan comercial rentable que logre aumentar los ingresos, particularmente del mercado doméstico, ante la dura caída que sufrieron los ingresos de vuelos internacionales que hasta antes de la crisis representaban más del 55 por ciento del total y, también el avance que han mostrado las aerolíneas de bajo costo.
Así que más allá de echarle la culpa a los pilotos y señalarlos como el problema para darle viabilidad a la aerolínea como algunos han señalado, son clave en la solución del replanteamiento de largo plazo a través de esquemas de eficiencia en la planeación de itinerarios que combinados con otros ahorros como costos en combustible y renta de aviones, permitirán la permanencia de largo plazo de la empresa.