*** Columna escrita en colaboración  con José Reyes,  Alejandra Hernández,  Rodolfo Monroy y Guadalupe Ruiz

 

 

 

Elementos del análisis

El arranque del gobierno de AMLO, envuelto en simbolismos ideológicos para diferenciar su oferta de #4taTransformación de los “conservadores”, tiene varios frentes abiertos que cada día se complican más por sus soluciones poco eficaces. Dos ejemplos. Primero, el NAIM apenas sale de un anuncio (los bonos), cuando ya tiene otro contratiempo (las demandas) y un foco de resistencia social en la zona de Santa Lucía. Segundo, el Plan de Seguridad y Pacificación por el que ahora se discute la legalización o no de la Guardia Nacional, enfrentando a los activistas de #seguridadsinguerra.

Luego han venido las crisis políticas. La primera: el siniestro en que murieron la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo, el Senador Rafael Moreno Valle. Sin salir avante de esta crisis y con el periodo de fiestas decembrinas encima, el gobierno de AMLO lanzó el #PlanvsHauchicoleo con apoyo de las Fuerzas Armadas y operativos sorpresa para tomar instalaciones estratégicas, anunciando que era momento de acabar con la delincuencia organizada al interior de Pemex. En ese momento no se habló del cierre de ductos y Presidencia tampoco ha informado si este golpe se engarza en la revisión de la reforma energética y la recuperación nacional sector energético.

Las denuncias en redes sociales sobre la afectación a la distribución en entidades gobernadas por el PAN, PRI y PRD tomaron vuelo. La respuesta fue que las voces inconformes eran quienes acostumbraban tratar con los “huachicoleros”. Las redes sociales entre el 30 de diciembre de 2018 y el 9 enero del año en curso se volvieron campo de batalla.

Más aún, AMLO debe impedir que una acción que se inscribe en el cumplimiento de su compromiso más emblemático –combate a la corrupción— sea la ocasión para generar la percepción de que su gobierno es inepto o insensible porque fue incapaz de prever el desabasto de gasolina al momento de ordenar cerrar los. Enfatizamos el término: percepción; en esta crisis, su comunicación política luce débil, desarticulada y sin vínculo con la ambiciosa narrativa que construyó en los últimos 18 años.

Así pues, la crisis de seguridad del huachicol pasó a crisis de distribución de combustible para terminar en crisis social, avivada por el manejo en las redes sociales y los mensajes políticos de los principales líderes de MORENA y funcionarios del gobierno de la República y el Presidente de la República como único vocero del plan y la atención a la crisis.

 

 

 

Desenlace probable:

 

De seguir la tendencia de los hechos y conductas actuales, se prevén los siguientes elementos en el desenlace.

1)    Administración desbordada por la falta de análisis de factores externos  que acrecentarían la crisis: El crimen organizado crearía un clima de caos y descontrol; grupos sociales radicales antisistémicos –sin una identidad con la 4T— tendrían oportunidad de marcar sus diferencias; los opositores, aunque minimizados y pulverizados, usarían este tema como eje articulador para ampliar las contradicciones del gobierno; el grupo predominante del sindicato petrolero aprovecharía para mostrar músculo, capacidad de maniobra y control de la paraestatal, ya sea para doblar a la empresa y/o para condicionar el apoyo, incluyendo carta de impunidad para Romero Deschamps.

2)    Pérdida de la narrativa de recuperación del control de la paraestatal: La administración tiende a victimizarse o a expiar culpas señalando al pasado. Un gobierno a la defensiva generaría la percepción de que ha perdido la capacidad de direccionar las políticas públicas deseadas.

3)    Polarización política: Generada por los simpatizantes de AMLO, en redes y medios tradicionales, con ataques a quienes critican la medida. Cada vez sería más evidente que quienes controlan a los ciberactivistas no han pasado de su condición de propagandistas en campaña a promotores de un gobierno de alternancia y un régimen en transición.

4)    Desabasto de otros productos y alza de precios: Siguiendo lo dicho por empresarios de en Michoacán, otros más argumentarían que la falta de gasolina genera sobre-costos en los traslados de mercancías y retrasos en los tiempos de entrega de productos de consumo básicos.

Sugerencias:

 

Para evitar este desenlace o cualquier otro desfavorable, lo más conveniente es:

1.    Redireccionar el gabinete de crisis –si es que se ha creado—para atender los puntos prioritarios de la estrategia implementada para recuperar el control de la paraestatal de manos del crimen organizado (de complicidad interna y externa).

2.    Cambiar el enfoque de la política de comunicación para recuperar la narrrativa; es decir, por qué, para qué y qué objetivos se tienen en el corto y mediano plazo dentro del Plan:

a.    Determinar y difundir qué acciones concretas se toman para neutralizar la crisis y cuáles son sus alcances. Es decir, cuándo y cómo se regularizará el abasto a los consumidores, evitando falsas esperanzas y tiempos incumplidos.

b.    No negar lo que es evidente ni usar eufemismos: Hay desabasto de gasolina en la medida en que los consumidores comunes no la obtienen; si la gasolina está en los depósitos de PEMEX no resuelve nada al ciudadano.

c.    Fijar un flujo periódico de información: NO debe ser parte de la conferencia matutina del presidente porque el desgaste es para su persona; debe estar a cargo del gabinete de crisis. 

d.    Informar que se está haciendo en las distintas aristas del problema: policíaca, financiera, apoyo social, apoyo a sectores productivos, etc.

e.    Evitar la polarización: Suspender las acusaciones y el hostigamiento a los ciudadanos, usuarios de redes, periodistas y políticos que manifiesten su inconformidad. Evitar frases como “están en su derecho de disentir” porque parece una graciosa concesión de estilo autoritario.

f.     Precisar el enemigo: Los adversarios no son los arriba citados, sino el crimen organizado y los corruptos; incluir datos duros, así como una descripción sencilla de sus medios de acción, los recursos de los que disponen y su capacidad de maniobra. En síntesis, el enemigo no es pequeño.

g.    Resaltar el combate a la corrupción: Dado el tamaño del enemigo y la promesa de campaña, concitar a sumar esfuerzos y la conciliación.

h.    Atender a los afectados: A empresarios, distribuidores, gasolineros, etc., recibirlos en mesas especiales para escuchar sus puntos de vista.

i.      Aprovechar voceros alternos: Legisladores de Morena bien informados sobre el plan pueden ayudar a cerrar filas y buscar el apoyo de la población.

3.    Establecer una lista de denuncias penales contra los funcionarios y ex funcionarios presuntamente coludidos, así como una lista lo más amplia de posible de gasolineros y empresarios/comerciales corresponsables del consumo de combustible robado.

4.    Convocar a los gobernadores a que brinden su apoyo y resaltar cuando así ocurra; el sexenio de AMLO no puede ser el gobierno de un solo hombre. Necesita de otros, sean o no sus partidarios.

5.    Contener el riesgo que comerciantes –no sólo los gasolineros— aprovechen la coyuntura y las “compras de pánico” para aumentar precios y el acaparamiento de productos.

6.    Esbozar y luego difundir qué programas productivos se ofrecerán a los habitantes de pueblos que viven del huachicoleo.

7.    Es fundamental que el tema de Puebla no quede relegado de la agenda, pues detrás de esta situación desbordada están grupos que han buscado aprovechar el descontento para subir una agenda política que pretende desgastar y complicar el éxito de la presente administración.