Era la víspera de la Navidad: etapa clave para reflexionar todo lo que aconteció durante el año, asimismo, tener un momento de armonía familiar. Sin embargo, hacia otros, fue el entorno preciso o adecuado a pronunciar una narrativa falaz programada para que la noche buena fuese el tema de polarización inundada de falsedad incluso, de realizar un pronunciamiento cuya facultad únicamente le compete al presidente de Morena en la ciudad de México.
No obstante, envanecido por las emociones que comenzaron a invadir la ansiedad de verse rebasado, el equipo de prensa de Raúl Morón preparó el escenario para pronunciar un “triunfo” en las encuestas internas de Morena. Fiel a su estilo, respondió a los fragmentos de una narrativa que, ni su propio grupo de trabajo, le creyó. Fue una fabricación y estrategia de autodestape. Solo eso.
Así, Raúl Morón actual presidente municipal de Morelia, y aspirante a la candidatura de Morena por la gubernatura, quiso sorprender a los michoacanos con una misiva desde la prensa local. Dijo que ganó la encuesta de Morena. Muchos de sus colaboradores replicaron y celebraron la fabricación de esa noticia sin importar que, detrás de ella, se escondía un mensaje malintencionado donde además de exagerar, mintió al no mostrar una prueba fehaciente que documentara al resultado.
Mientras la prensa divulgaba la nota se visualizaba la señal de la desesperación de llegar a una candidatura inmerecida porque nunca demostró la capacidad de convocatoria que se requiere para estar a la altura del enorme desafío de competir por el estado de Michoacán.
El hecho de que nadie le creyera ese mensaje, lo más grave de la situación fue engendrar una mentira sin ningún fundamento. Entonces, allí quedaba aislada la retórica del presidente municipal que, desde hace tiempo, dejó mucho que desear por este tipo de declaraciones. Esa poca honestidad, puso en entredicho los valores intrínsecos y axiológicos de la 4T. No mentir, es uno de las cualidades claves del programa Lopezobradorista; estamos de acuerdo que lo que pasó hace un par de días, fue un acto deshonesto que solo manifiesta el poco pudor conducido por la intriga y el cinismo que muchos siguen abrazando como producto del legado perredista.
Por ello, quizá vivimos la filmación o la fotografía de los episodios perredistas donde las tribus del PRD que saltaban al escenario público para proclamarse triunfadores. En ese declive, además, mostraban su frustración cuando eran rebasados por sus adversarios a sabiendas de que nunca conseguirían alcanzar la meta. Pero, ¿había necesidad de hacerlo?, no, sin embargo, el desenlace tenía que reaccionar a la confusión de un electorado que usualmente no respondió a la fabricación.
No fue el único caso. De esos capítulos desesperados y hasta cierto punto penosos solo demuestran la frustración de haber quedado lejos de una contienda en la que nunca fueron competitivos. Eso le pasó a Raúl Morón apenas el día de ayer.
Esa ilusión reconoció que, en su gestión dentro del municipio, no ha sido del todo honesto. Clamó ser el candidato de Morena donde se requiere más que un guión predeterminado que desacredita la credibilidad del propio Mario Delgado que, en ningún momento, ha dado pie a las especulaciones de filtración de datos del CEN.
Sin embargo, la realidad es que, ni una cosa ni otra. No hay nada. Si ya hay un resultado, solo lo posee Mario Delgado y la Comisión Nacional de Encuestas. Está claro que se trató de un asunto mediático para tratar de polarizar el proceso; no obstante, solo demostraron ridiculez ante el descalabro en la encuesta oficial que de un momento a otro dará un saldo a favor del único puntero que siempre dominó más de 40 encuestas.
Justamente por eso, Mario Delgado debe ser enérgico con este tipo de comentarios que minan la intriga y dan la impresión de que, en la semblanza de Raúl Morón, sigue latente el legado perredista que tanto contaminó sus estructuras.
Lo de hoy fue un cuento de hadas para Raúl Morón. No ganó, ni ganará. Lejos está de obtener una ventaja como la que asegura se filtró. Eso fue una mentira que pone en entredicho los principios del edil de Morelia con los valores de la 4T de no mentir. Por ello, ante el desaire que vivirá después del anuncio oficial, quiso adelantarse para enviar un mensaje lleno de evidencias inverosímiles y sin ningún fundamento sólido más que la declaración tendenciosa de un video operado para tratar de confundir a la población que, por cierto, ya decidió desde hace mucho tiempo quién es su favorito en Morena.