Luego de que el gobierno de México anunciara la puesta en marcha del plan integral para combatir el robo de combustibles a Petróleos Mexicanos, los oscuros y poderosos intereses que están detrás de ese negocio criminal han pasado a una abierta ofensiva contra el Estado, ataque cuyos autores tienen nombre y apellidos que todo mundo conoce.

Del estupor inicial que les causó el anuncio del #PlanVsHuachicoleo, los altos políticos, líderes sindicales y empresarios panistas y priístas que por décadas se enriquecieron robando a la nación han escalado sus acciones ilegales con objeto de desestabilizar al gobierno de AMLO, descarrilar la lucha contra el robo de combustibles y poder seguir obteniendo sus multimillonarias ganancias.

Primero acusaron al presidente López Obrador de aplicar una “estrategia selectiva” alegando que las medidas tomadas para frenar el robo de gasolina sólo “afectaban” a estados gobernados por la oposición (sí, leyó usted bien: para el PRIAN, las medidas de combate a la corrupción los afectan. ¿Se puede ser más cínico?). Como nunca prosperó su argumento tramposo, ahora intentan crear una psicosis colectiva para generar escasez del combustible y provocar así protestas y reclamos de la población.

Desde antier por la tarde algunos medios de comunicación, notoriamente ligados a los grupos empresariales más reaccionarios de México, comenzaron a esparcir rumores de supuesto desabasto de gasolina en entidades donde ni se han cerrado ductos, ni ha escaseado el combustible, ni se habían presentado filas en las estaciones de servicio. De manera totalmente irresponsable esos merolicos de radio y tv empezaron a hablar, en forma sospechosamente sincronizada, de “largas filas” para cargar gasolina, de gasolineras “cerradas porque no tienen producto”, y alentaron a la gente a “salir a cargar donde pueda”, apelando de manera burda a la histeria colectiva e incentivando las compras de pánico. En redes sociales, la derecha huachicolera impulsa el hashtag #nohaygasolina para fomentar la psicosis.

Por supuesto que si todo mundo sale de golpe a comprar gasolina, esta se va a terminar en cualquier gasolinera. Pero es una barbaridad hablar de “escasez” y “desabasto” ya que la producción y la distribución por parte de Pemex no se han detenido, y cada gasolinera es abastecida normalmente. Más aún, en la Ciudad de México el problema del agotamiento temporal de la gasolina se ha presentado en apenas 32 de ¡1900! gasolineras, lo que permite ver el tamaño de la mentira prianista.

Pero ni el gobierno de México ni el presidente López Obrador deben dejar pasar estos intentos de sabotaje. Está en juego no sólo la estrategia de combate al huachicoleo; lo que verdaderamente se juega es la viabilidad del gobierno democrático frente a los intereses de la mafia priista y panista que dominó este país y se resiste a perder sus privilegios. Es hora de que Andrés Manuel López Obrador meta en cintura a los responsables de esta intentona golpista que pretende desestabilizar a México. Es el momento exacto para que AMLO de un escarmiento ejemplar a la mafia sindical encabezada por el corrupto Carlos Romero Deschamps, señalado por muchos como parte de la élite huachicolera de la que también formarían parte connotados panistas como Javier Lozano y el fallecido Rafael Moreno Valle.

Urge que AMLO vaya a fondo contra los criminales que han saqueado a Pemex. Que derroque al líder petrolero y lo refunda en la cárcel, como lección fuerte y clara para los mafiosos del huachicol: en este país se acabó la corrupción y quien no quiera entenderlo, y pretenda ocasionar protestas y disturbios artificiales, que afronte las consecuencias, que deberán ser excepcionalmente graves para que sirvan de escarmiento a todos los demás. No más amor y paz; urge un auténtico “quinazo”

¿Qué opina usted, amigo lector?