Son increíbles las cosas que estamos viviendo en esta Cuarta Transformación del país. Ya sabíamos, desde antes que Andrés Manuel tomara como posesión de la Presidencia de la República, que las cosas no iban a ser fáciles ni tersas. El neoliberalismo no nos iba a dejar el camino libre, sin ponernos obstáculos. Ya lo vimos con el proyecto del aeropuerto de Santa Lucía, donde amparos tras amparos, fueron interpuestos por la mafia del poder con el objetivo de retrasar el inicio de las obras y afectar así a uno de los proyectos emblemáticos del Gobierno de la 4T.
Al interior del Gobierno Federal, las cosas tampoco han sido fáciles. El estado en que se recibieron las instituciones fue terrible, desastroso. Unas cayéndose a pedazos, otras hechas ex profeso para robar y propiciar grandes negocios. Hoy, la lucha de la 4T, dentro del gobierno, se tiene que hacer secretaría por secretaría, oficina por oficina, escritorio por escritorio. Las resistencias al cambio son muchas. Dentro de las estructuras gubernamentales subsisten “funcionarios”, y representantes conspicuos del viejo régimen. No han sido desplazados por servidores públicos honestos procedentes del movimiento que encabezó el mismo Presidente. Al contrario, en algunos casos, estos personajes han sido ratificados en sus puestos y en otros tantos han sido invitados a colaborar, quién sabe si a sabiendas o no de sus antecedentes. No necesariamente todos los empleados y funcionarios procedentes o sobrevivientes de sexenios anteriores son corruptos, hay que ser justos.
El caso es que en el Gobierno de la 4T coexisten fuerzas a favor del cambio y otras que se resisten al mismo. Hay áreas del gobierno que han sido sometidas a una reingeniería profunda, y ya empezaron a dar buenos resultados. Hay otras que siguen igual o peor que antes. El desarrollo de todo esto ha sido un proceso desigual y combinado. Por un lado, los intereses de personajes del antiguo régimen siguen siendo muy poderosos. Y vaya que hay intereses –económicos, sobre todo- que siguen teniendo una gran influencia en diferentes áreas de la estructura gubernamental y en sectores que se relacionan directamente con oficinas o agencias del gobierno. Por otro lado, se dan casos de sabotaje directo de una parte de las fuerzas de la 4T a los esfuerzos de cambio que encabezan los nuevos funcionarios del mismo gobierno.
Me refiero, en concreto, a la agencia de noticias del Estado mexicano, conocida como NOTIMEX. Al frente de esta agencia noticiosa fue nombrada por el presente gobierno la periodista y escritora Sanjuana Martínez, con una prestigiada trayectoria en muchos medios, corresponsal de la revista Proceso en Europa por más de 20 años y autora de libros de mucho éxito, baste recordar su trilogía sobre los crímenes del pederasta Marcial Maciel, que le costó su exclusión de la mencionada revista, dadas las grandes influencias de la iglesia dentro de la misma.
Ahora, sus esfuerzos por enderezar a esa agencia noticiosa se están enfrentando a “fuego amigo”, proveniente de las más altas esferas de la 4T. Me explico: en una carta que hizo pública, la directora de Notimex manifestó que: “Durante los últimos veinte años Notimex vivió secuestrada por una mafia sindical que controlaba la línea editorial de un órgano propagandístico del gobierno anterior. También controlaba las finanzas con graves acciones de corrupción e igualmente la cuestión laboral de contrataciones y despidos y la venta de plazas”. Afirma que en el proceso de transformación de la agencia, se inició un saneamiento desde su llegada y se hizo un reajuste de personal conforme a derecho.
Se liquidó a más de cincuenta aviadores, personal que no cumplía con el perfil de sus puestos, personal que había incurrido en actos de corrupción, bajo el modelo del “chayote” y otras que cometieron graves faltas de ética como el plagio y la solicitud de sobornos. No solamente la mafia sindical, encabezada por Conrado García Velasco, hacía de las suyas en Notimex. También connotados periodistas nacionales se sentían con el derecho de colocar ahí en una “chamba” a sus ahijados, amantes o parientes. Obvio, no trabajaban, solamente cobraban. Estos periodistas, aprendices de aquel periodista “maestro del chayote”, Carlos Denegri, también sacaban su tajada.
Todas estas acciones no quedaron sin respuesta. Desgraciadamente, las respuestas provinieron nada menos que del asesor jurídico del SUTNOTIMEX. Dicho abogado, según se comenta, dirigió mensajes a la directora de la agencia, diciéndole que si no “quería tener problemas”, lo mejor era que reinstalara a los despedidos. Al más fino estilo del padrino Vito Corleone, en otras palabras, le hizo “una oferta que no podía despreciar”. La directora de NOTIMEX, sin embargo, hizo caso omiso a tales advertencias y continuó adelante con la limpieza de la agencia.
Las acusaciones penales contra “Conradito”, como era conocido el corrupto ex líder sindical, no se hicieron esperar. Los demás integrantes de la dirección sindical, pusieron también pies en polvorosa. Con lo que no contaba la directora de la agencia es que de una persona supuestamente adherente a la 4T, como es el asesor jurídico del SUTNOTIMEX, proviniera la creación al vapor de una nueva dirección sindical, con la finalidad de recomponer al SUTNOTIMEX e impedir que los trabajadores de la agencia tomaran la dirección del sindicato. Resulta ser que, además, Francisco Hernández Juárez, líder vitalicio del sindicato de telefonistas (lleva ahí 48 años) es íntimo amigo de “Conradito”, promovió a Adriana Urrea para que se convirtiera en la líder del nuevo SUTNOTIMEX , el sindicato charro “reloaded”. Juntos, el asesor jurídico y Juárez, incitaron a una huelga ilegal en la agencia con los incondicionales que quedaban del grupo del ex líder corrupto. Esta huelga tiene dos objetivos principales: reinstalar aviadores y corruptos y tirar a Sanjuana Martínez de la dirección de NOTIMEX.
Tal huelga, a todas luces ilegal, recibió –faltaba más- la bendición de la STPS y en el recuento posterior para definir la titularidad del contrato entre el sindicato “charro” SUTNOTIMEX y el nuevo, creado por los trabajadores (señalado por supuesto como “blanco” por los conradistas) , se permitió que votaran los despedidos y liquidados por la agencia. ¿En dónde se permite tal cosa? En los sindicatos asesorados por el mismo asesor jurídico, que según comentan los mismos trabajadores de la agencia, controla las Juntas de Conciliación y Arbitraje. Sería difícil encontrar un caso donde se muestre una lucha entre dos fuerzas contrapuestas que se reclaman de la misma 4T. La lucha contra la corrupción y privilegios, debe ser pareja, ¿qué no?