Poco duró la noticia de la aprehensión de Joaquín Guzmán Loera (El Chapo), no obstante las dos manifestaciones en Sinaloa, una de ellas reprimida con saña, tanta que a cuatro periodistas del Noroeste  los agredieron y les quitaron sus elementos de trabajo.

Pero ya sabemos que la sociedad del escándalo imposibilita que un asunto, sobre todo tan poco claro como la detención del narcotraficante, dure en el imaginario. O  más bien estamos ante  una cartelera exigente de nuevos estrenos tremendistas  con poca duración. Por lo tanto, ahora tenemos el caso de Oceanografía.

Antes fue el caso de Gastón Azcárraga, el cual  fue visto como un gran hombre en la época panista, ya que Vicente Fox le dio todo su apoyo para que comprara, defraudara y quebrara Mexicana de Aviación. Y Felipe Calderón, quien se hizo llamar “El hijo desobediente”, fue un simple continuador de las locuras foxianas y martianas, no obstante que insistió que sería el presidente del empleo (je, je) y el salvador de la nación (jo, jo).

El asunto de Oceanografía  fue investigado en su momento por las revistas Fortuna de Claudia Villegas y Contralínea de Miguel Badillo. En el mismo, se dijo hace  años, estuvieron metidos los muchachos Bribiesca (Jorge y Manuel). Tan era importante que la excepcional Ana Lilia Pérez hizo un libro con prólogo del recordado Miguel Ángel Granados Chapa que lleva por título: Camisas azules, manos negras. El saqueo de  Pemex desde Los Pinos (Grijalbo).

Fue tal el escándalo que la Cámara de Diputados creó una comisión para investigar el acontecimiento. Presidida por Malú Micher, una ex panista decente vuelta perredista, comenzó la indagación, pero repentinamente el encargado de la junta de Coordinación Política, el famoso Pablo Gómez, buscó a Malú y le dijo, palabras más o menos:  “Se cierra el expediente. Perdimos”. No hubo más explicación  de lo que ocurrió.

La siguiente legislatura continuó las pesquisas. Aunque   muchos de los documentos iniciales ya no aparecieron, ¿extrañamente? El encargado ahora fue el probo: Jesús González Schaml, quien también había salido del blanquiazul debido a que ese partido ya no defendía los intereses nacionales. Ahora a nombre de una organización de izquierda, intentó  llevar a cabo su tarea, pero muchos impedimentos y obstáculos tuvo para  concluir su tarea.

Pareciera que todo iba al olvido, pero recientemente, gracias a que  organizaciones estadounidenses  reclaman  a Citi Bank (quien tiene injerencia en Banamex), que  investigara  un supuesto  lavado de dinero y ocultar acciones financieras por parte de Oceanografía, la PGR de México intervino las oficinas de esa compañía en Ciudad del Carmen, Campeche. El dirigente principal del conglomerado es Amado Yáñez

Las transas de la empresa del océano son múltiples: desde préstamos que hizo con facturas apócrifas hasta la renta de barcos que ella no tenía pero decía a Pemex que utilizaría para realizar  labores   diversas.

Y todo ese enredo ha desembocado en  un gran fraude a la paraestatal que  próximamente cambiará de dueño;  es decir, fue parte de una estrategia de negocios llamado de compadres para que la situación de Pemex fuera ruinosa, como ahora sabemos. Algo que posibilitó, además, que la petrolera todavía nacional se vea tocada para emprender un saneamiento.

En ese quebranto ganaron muchos: funcionarios, sindicalistas, empresarios, trasnacionales y ex políticos. Mientras que los perdedores fuimos los millones de mexicanos que ahora pagamos más por la gasolina y mañana no veremos que desciendan los precios de ningún producto relacionado con la energía, ya que la ley de gravedad que señala: lo que sube tiende a bajar, no es lo que ocurre en el neoliberalismo, donde todo va en aumento y los bienes duran menos para que el gasto de la mayoría engorde los bolsillos de unos cuantos.

El  gran enredo  será casi imposible se aclare, menos ahora que el PRI tiene mayoría en las cámaras legislativas y cuenta con aliados como el PVEM y el Panal, amén del PAN en muchas ocasiones- el PRD es oscilante y acomodaticio-. Aunque  hay varios nombres que vale la pena señalar.

Al lado de Amado Yánez, quien es  además dueño de los equipos de futbol Querétaro y Delfines de Campeche, están los niños de Martha: Jorge y Manuel; el tercero, Fernando, diputado por el Panal- acuerdo con Elba Esther Gordillo antes de su encarcelamiento-, dice que nunca aparece  su nombre como tal (sic que se asombra) en el caso de Oceanografía y además que se trata de un “entramado que hay en los medios de comunicación” (sic que se pone antifaz).

También se ha mencionado a Javier Agurriganaga, un ex funcionario de Hacienda que anda ahora con empresarios (faltaba más) e incluso a Pedro Aspe, quien con Gasolineros Grupo Méxicano, encabezados por Javier  Rodríguez Borgio, asociado a Martín  Díaz Álvarez, tienen relación con Protego (Reporte Índigo, 4 de marzo). Algunos más han señalado a Roberto Hernández (José Luis Camacho, en SDP, ídem),  el socio principal de Banamex que vendió la franquicia a Citigroup. Incluso ciertos audaces  o locuaces  apuntan  a Francisco Gil Díaz, el secretario de Hacienda de Fox.

En fin, que si de verdad se investigara y se quisiera hacer un saneamiento de Pemex, hay tela de donde cortar, pero ya sabemos que sería algo insólito    que la actual administración ataque  la corrupción y descubra  las lacras  del  panismo que destrozo al país en doce trágicos años.

Pero ya sabemos que los  buenos deseos o las  ganas de salir adelante son de millones  en un mundo que vive una gran crisis, la cual   durará todavía un largo  tiempo.

Y a vimos en el caso de El Chapo que se dijo investigarían  lo ocurrido hace 13 años en Puente Grande, aunque nada, por desgracia, ocurrirá. Igual se anunció  que se castigarían los responsables de los desastres en Guerrero de que los huracanes Ingrid y Manuel  ocasionarán decenas de muertes y millones de pesos en  viviendas destrozadas, y es el momento que José Carlos Ramírez Marín- el priista tuitero y festejoso- no ha vuelto a decir nada.

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