El debate surgido a raíz del rescate operado por la SCT de la ya muy famosa banda 2.5 Ghz saca a la luz otro de los capítulos oscuros del manejo del gran dinero que se disputan los magnates mexicanos.
De manera coyuntural se ha iniciado una nueva investigación de la empresa Dish, aparentemente propiedad de Joaquín Vargas dueño de MVS y otros negocios muy rentables y de una empresa llamada EchoStar. Según la cara pública de Dish, MVS tiene un 60% del paquete accionario y el señor Charles Ergen, que representa a EchoStar el restante 40%.
Pero en este escenario aparece el nombre de Héctor Slim Seade, vinculado a Dish que capitanea en el papel José Luis Woodhouse. Y entonces las caras ocultas del dinero en México empiezan a hacerse pálidamente visibles.
Con todos los candados de seguridad puestos para tratar de no hacer evidente el dominio que tiene Carlos Slim Helú, el hombre más rico del mundo, sobre Dish y por ese atajo también sobre Joaquín Vargas y MVS, una poderosa empresa como es TELEVISA propiedad de Emilio Azcárraga Jean, se mueve para hacer público que su competidor en la TV por cable es Slim y no Vargas Guajardo.
Los investigadores financieros de TELEVISA han descubierto que en realidad TELMEX fondea a Dish México a través de un instrumento financiero como Teniver. En el plano del reparto accionario real de Dish México, Teniver tiene el 60% de los papeles y EchoStar y MVS el sobrante, es decir el 40%.
TELEVISA encontró más evidencias de que Carlos Slim Helú es el virtual dueño de Dish, y que tiene a MVS, con todo y las empresas de Joaquín Vargas, a tiro de piedra de varias ejecuciones financieras como ampliaciones de capital o ventajosas disoluciones.
Dish factura a sus clientes, que ya suman más de un millón (cifra estimada en mayo de 2012) a través de los recibos TELMEX que capitanea Carlos Slim Domit, el costo del servicio. Del total pagado por los usuarios de Dish, el 25% se queda en la contabilidad de TELMEX y el restante se supone que va íntegro a Dish.
Pero, de acuerdo la información recabada por TELEVISA, la intermediaria de TELMEX, TENIVER, que tiene el 60% real de Dish, cobraría esa proporción del 75% que se supone gana la empresa que constituyen MVS y EchoStar.
O sea que Joaquín Vargas y su socio en Dish, Charles Ergen, reciben solamente un aproximado 32% de las utilidades.
Eso leído en buen romance, quiere decir que financieramente el papel de MVS en Dish estará siempre en un hilo dada su dependencia de un capital tan formidable como el de Carlos Slim Helú.
Las caras ocultas del dinero en México son muchas y de mayor envergadura que los millones de dólares que representa la banda 2.5 Ghz y que los especialistas todavía no se ponen de acuerdo en su valor real.
En un país lleno de desigualdades, esta danza millonaria en manos de una elite financiera y empresarial, es un detonante de una posible violencia social que solamente pudiera ser superada por la crueldad del crimen organizado.