La nada sorpresiva adhesión del ex presidente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, y del primer ex presidente de la República panista, Vicente Fox Quesada con la candidatura de Enrique Peña Nieto, sellaron el fin de la Operación Josefina, a la cual prominentes gobernadores, alcaldes y legisladores de este instituto político, han secundado desde mucho antes, pero, a diferencia de los dos anteriores, no precisamente para favorecer al PRI, sino al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.

 

Desde hace poco menos de un mes, el mítico grupo de “extrema derecha” Yunque, del que todos niegan su existencia pero todos la sienten en Acción Nacional, ha puesto al servicio del candidato de las izquierdas lo que saben hacer: operaciones electorales. Su fuerza será muy importante, porque dominan entidades donde los partidos que postulan a AMLO son prácticamente inexistentes y poco atractivos.

 

Hay un convencimiento, no a ciegas, de que después del proceso electoral el PAN quedará tan debilitado y dividido que se complicará para ellos acceder a más posiciones de poder.

 

La caída de Josefina Vázquez Mota es real y tiene poco tiempo para maniobrar alguna “alianza de facto” con AMLO y evitar el regreso del PRI a Los Pinos. Como sucedió en la elección interna, los operadores de Josefina no quieren ceder ni negociar al todo por nada, por lo cual ha forzado a que los panistas con peso electoral opten por negociar por su lado.

 

Algo saben los integrantes de “Tercer Grado” que en el monólogo con López Obrador insistieron en obtener una respuesta sobre su postura respecto al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo, además del cristianismo. Algo saben porque son dos temas que el yunquismo los tiene como en el primer lugar.

 

En Morelos, el “gran líder” del Yunque, Marco Adame, bajita la mano tiró línea para que Graco Ramírez crezca y pueda quedarse con la gubernatura y no el regreso del PRI.

 

En Jalisco, el caso es más explícito, porque Fernando Guzmán sigue cayendo a costa del crecimiento de Enrique Alfaro, el candidato de Movimiento Ciudadano y si se apuran es posible que permitan que éste llegue a la gubernatura en lugar del clon de Peña Nieto, Aristóteles Sandoval. Los “tecos” con el candidato lopezobradorista camina viento en popa, así comentan por allá.

 

Y una fuente de primer nivel en Guanajuato confió para esta columnista que el ánimo del equipo del ex gobernador Juan Manuel Oliva es apoyar el voto cruzado: a la gubernatura por el PAN y a la presidencial por AMLO. Comités municipales panistas afines al “Yunque” han recibido la instrucción a pesar de las resistencias de algunos militantes destacados.

 

Otro caso especial es Baja California, donde el gobernador desde la campaña interna se separó de Josefina y ésta, en lugar de buscarlo, se dedicó a atacarlo en sus visitas recientes. El gran recibimiento y las simpatías crecientes a AMLO en Baja California, conjunta muchos factores. El descontento de los panistas con el centro y Josefina es uno de ellos.

 

La elección en el Distrito Federal no tiene mayor problema, pero delegaciones donde el PAN tenía el control, como Miguel Hidalgo y Benito Juárez, hay altas probabilidades de que triunfen los candidatos del PRD porque los panistas ya están trabajando con ellos.

 

Para nadie es secreto que ya algunos gobernadores aliancistas están apostando por quien va más sólido frente al PRI, por eso en Puebla y Oaxaca ya están con AMLO. Se esperaría algo similar en Sinaloa y Sonora.

 

Ante este panorama, del que Felipe Calderón está enterado, hay gran incertidumbre porque aún no se decide a avalar este escenario pro AMLO o tender puentes con el PRI y Enrique Peña Nieto. Lo único cierto es que ya no quiere saber nada de Josefina, por eso la dejó ya a su suerte.

 

El fracaso y derrota de la Operación Josefina, obviamente, incrementa las expectativas de triunfo de López Obrador. Sin embargo, si éste no varía su discurso “del fraude” e “imposición”; si no comienza a hablarle a los externos a su movimiento e ideología, porque sus fieles ya están convencidos; si no se prepara más para el segundo y tercer debate –si llega a haberlo-, y recetar golpes contundentes a Enrique Peña, entonces el riesgo de que caiga de nuevo será inevitable.

 

Por eso, ante el escenario ideal que podría tener de aquí a un mes, debe hacer un ejercicio honesto y auténtico de fortalezas y debilidades de su reciente participación en la mesa de entrevistas más adversa que ha tenido hasta ahora.

 

La tendencia del voto útil de estos actores del PAN puede cambiar a un mes de la elección, y entonces podría perder la gran oportunidad. Lo mismo pasará con quienes nunca han confiado en las izquierdas, y ahora comienzan a mirar hacia AMLO como una esperanza para evitar que se “reinstaure” el viejo régimen.

 

APOSTILLAS: Sorpresivamente, la Cofetel resuelve una demanda muy añeja y muy sentida: ampliar la oferta de frecuencias y la necesidad de más cadenas nacionales. Muy al “cuarto para las 12”  y muy a modo de respuesta a las movilizaciones del YoSoy132, de las presiones de Carlos Slim y de organizaciones civiles promotoras del derecho a la información. Hay que analizarlo con sumo cuidado, en lo técnico, lo político y lo económico.

 

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