El 2 de diciembre de 2012, la oposición dejó de existir, el Pacto por México fue el mecanismo que el gobierno utilizó para alinear a los partidos después de las elecciones. Posteriormente si ninguna objeción se aprobaron todas las reformas, que propuso el ejecutivo. Los principales actores del pacto se jactaban de ser, en su caso, una oposición responsable.

El martes 9 de junio de este año, justo un par de días después de la jornada electoral, Denise Maerker tituló su columna, ?Fin de la oposición domesticada?, refiriéndose, a la incursión de Morena en la vida pública, la columnista concluyó su texto de la siguiente manera: ?Pero el domingo fue refrescante y sorpresivo ver a una oposición punzante y nada complaciente. Más allá de si se está de acuerdo con los recién llegados o no, la tensión y la distancia no pueden ser sino positivas?.

Efectivamente, Morena ha refrescado un ambiente monótono y aletargado, su presencia es saludable y necesaria. En el D.F., donde obtuvo resultados sobresalientes, ya puso sobre la mesa temas interesantes, como la propuesta de austeridad, la cual consiste en reducir en casi mil millones de pesos el presupuesto de la ALDF, y destinar los recursos a beneficios sociales. Así mismo, los asambleístas electos han estado muy activos manifestándose y acompañando a los ciudadanos que se oponen a proyectos como el Corredor Chapultepec y el deprimido de Mixcoac.

Esta semana presentaron el código de ética para legisladores, funcionarios y gobernantes, el cual prevé entre otras cosas, rechazar bonos, regalos, privilegios económicos, donar el 50% de su sueldo a la educación, acompañar luchas sociales, etc. Estos mandatos coinciden con el descontento generalizado sobre los excesos y el derroche del dinero público.

Sin embargo, más allá de lo mediático que resulta lanzar propuestas disruptivas y ponerse del lado de las causas justas, el reto es;convertirlas en realidad, y es aquí donde tendrán que mostrar mucha habilidad para transformar los dichos en hechos.

Por otro lado, Morena será gobierno, el desafío es enorme, porque las expectativas son altas. Están obligados a cumplir las promesas de campaña, a transparentar el uso de los recursos, a combatir la corrupción, a usar los programas sociales adecuadamente, pero sobre todo a mejorar las condiciones de vida de la gente.