El subterfugio del victimario es victimizarse: el difamador se victimiza como difamado. Las innecesarias menciones del presidente Andrés López Obrador sobre los columnistas de la calumnia han engallado a más de tres. Otros se han refugiado en el derecho inalienable a ejercer la “libertad de expresión”. El chileno-mexicano Pablo Hiriart (¿suponemos que con la anuencia de Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón Hinojosa?) ha convertido su patología en contra del presidente en expresiones de odio y sedición.
Desmontemos la farsa de hoy del destacado miembro de la mafia del joder, Pablo Hiriart, publicada en El Financiero, acotando que las campañas de odio tienen como fin denigrar a quien o quienes se dirigen:
1.- “Cuidado con lo que dice el Presidente, porque su manifiesta intolerancia a la crítica pone en riesgo el empleo y la vida de periodistas y comunicadores.”
En primer lugar, no existe una “intolerancia” a la crítica, existe el derecho de Andrés Manuel de ejercer lo que llama diálogo circular. ¿Siente Hiriart que está en riesgo su empleo como directivo de El Financiero? ¿Ya lo platicó con los dueños del periódico? ¿Cuántos de los periodistas “recortados” de El Financiero que perdieron sus trabajos fueron “palomeados” para “recortarlos” por Hiriart? Es un insulto el comentario de Pablo en un país como México, donde desde hace muchos sexenios periodistas de verdad, no farsantes como Hiriart, han perdido la vida por su labor de reporteros. Pregunta para joder al vecino: ¿Cuántos periodistas han sido corridos o recortados por Hiriart a lo largo de su carrera como testaferro de Salinas de Gortari y en sus diversos puestos directivos en diversos medios? ¿Cuántos han sido desempleados por presiones de Andrés Manuel? Las cuentas claras, nomás.
2.- “Sus nuevos amigos los narcos, o los fanáticos camisas pardas de la 4T que por ahora sólo son tropas de asalto en redes sociales, conforme se agudice la polarización por la crisis van a pasar a los hechos.”
Hiriart no explica cómo los narcos pasarán “a los hechos”. Tampoco si los “nuevo amigos” de López Obrador son los mismos viejos amigos que tuvo Genaro García Luna, tan cercano al propio Hiriart. ¿Cuál fue la relación narcos-García Luna-Hiriart?
3.- “La satanización de los críticos en medios, alentada por la máxima autoridad del país desde Palacio Nacional, llevará la sangre al río. Si algo le sucede a alguno de los periodistas que han sido agredidos por el Presidente, la culpa será suya y la responsabilidad política también.”
Acogido a la cultura mexicana, Pablo Hiriart quiere ver sangre. ¿Cuántos de los columnistas de la calumnia ha sido agredidos físicamente? Es el mismo argumento que desde hace meses viene difundiendo Raymundo Riva Palacio. “Si algo sucede…”. Se ovidan cotidianamente de uno de los principios de Camilo José Cela acerca del periodismo: “Decir lo que acontece, no lo que quisiera que aconteciese o lo que imagina que aconteció”.
Otro de sus compadres de la mafia del joder, el argentino-mexicano Jorge Fernández Menéndez, quiere embaucar a sus lectores de Excélsior escribiendo que ha sido amigo de presidentes y de políticos de diferente filiación. Jorge pudo ahorrarse las demasiadas palabras simplemente reconociendo que durante el neoliberalismo fue un escritor y columnista orgánico del PRIAN.