Para mi partido, el PRI, viene muy difícil el 2018. No se necesita mayor análisis para entender la terca realidad.
Tenemos prospectos que podrían ser grandes presidentes: Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong, Manlio Fabio Beltrones, José Antonio Meade, Aurelio Nuño, Claudia Ruiz Massieu, Ivonne Ortega, José Calzada, Eruviel Ávila...
Pero no tenemos políticos que hayan mostrado dotes para ser buenos candidatos, triunfar, y que, al mismo tiempo, tengan con qué llegar a ser excelentes presidentes.
¿Qué es un gran candidato? Simplemente, el que genera confianza en la gente.
¿Cómo se genera la confianza en la gente? Comunicando las virtudes propias, sus acciones y sus propuestas, las del partido y las del gobierno al que se representa.
¿Quién de los que se mencionan conecta más con la gente? Empate técnico, no conectan bien con los ciudadanos.
Es la pura verdad, dolorosa si se quiere. Pero de ella debe partir mi partido si en verdad aspira a triunfar en las elecciones presidenciales de 2018, con candidato propio o en alianza.
Las y los mencionados aspirantes no conectan suficientemente con la gente porque no comunican bien lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen; y esto es muy grave.
Considero que no es asunto únicamente de sus asesores ni tampoco de que no se decidan a lanzarse en serio. Simplemente me parece que son políticos muy brillantes, bien intencionados y con deseos de alcanzar la candidatura y la Presidencia de la República. Pero no comunican ni conectan.
Si lo aceptan, bien; si no, también. Lo siento mucho, pero mis palabras llevan la mejor intención.
√ A ellos y ellas no se les ve en los aeropuertos como gente común y corriente.
√ No se les va caminando en la calles, en los restaurantes (no de lujo), en las peluquerías, en los parques, en las iglesias, en los estadios (no en los palcos).
√ Cuando se les entrevista adoptan, no voy a decir que poses, pero sí un discurso demasiado formal y a veces acartonado: engolan la voz, quizá por la capacitación de “media traning”que han recibido, actúan demasiado abandonando la admirada sencillez y la ansiada humildad que la gente quiere.
√ Ellas se visten a la moda y se ven guapas y elegantes.
√ Ellos con sus trajes a la medida y hasta con ropa casual de marca, lucen bastante bien.
√ Pero la gente así no se viste y, por lo tanto, los percibe lejanos al tiempo que está cayendo en un hartazgo peligroso que debe ser revertido.
Así las cosas, el PRI parece estar ante un panorama sombrío para el 2018, y esto exige una sacudida a fondo y urgente.
¿En qué estoy pensando?
En que el PRI se abra a buscar a otras personas, militantes o no, priistas o simpatizantes diferentes a lo que tenemos hoy en el mercado político-2018.
Desde luego, admito que las nuevas opciones de mi partido tienen que ser figuras relevantes en la administración o en la propia vida partidista, pero con fama pública de capaces y honrados.
¿Qué priistas o simpatizantes bien posicionados en las estructuras del gobierno o del partido sí tienen, en mi opinión, posibilidades de crecer para ser considerados entre los presidenciables como cartas nuevas del PRI?
Veo a algunas personas:
1.- La gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich. Acaba de arrasar en las elecciones, ha hecho lo que El Bronco de Nuevo León no ha iniciado: perseguir a los corruptos del gobierno anterior; es mujer con encanto personal y talento; fue en 2015 una candidata diferente y llamó la atención nacional.
2.- El jefe del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Núñez. Es incorruptible y eficaz generador de los ingresos fiscales nacionales. Brillante y sencillo, es hijo de padres indígenas oaxaqueños, comunica y conecta como pocos, se le ve con mucha frecuencia caminando como cualquier ciudadano en la Alameda de la Ciudad de México; es humilde y enérgico al mismo tiempo; por más que le buscan sus adversarios evasores, no han podido con él y se ha convertido en una pieza fundamental para Videgaray y EPN.
3.- Lejos de Pavlovich y Núñez, pero también comunica bastante bien a pesar de que es nuevo en esto, está Rafael Pachianno, titular de la Secretaría de Medio Ambiente. En la crisis de la contaminación que estamos sufriendo, se ha visto más ecuánime y atinado que Eruviel Ávila y Miguel Ángel Mancera.
4.- Otro más, Pedro Joaquín Coldwell. Veterano de mil batallas, fue gobernador de su estado natal a los 30 años de edad y ha sido todo en la política, menos presidente de la República. Goza de buena reputación como hombre sencillo, razonable, honrado y eficaz. Actúa sin aspavientos y ofrece y da resultados. Se ha ganado la confianza del presidente y de la gente que lo observa.
En fin...
Solo son ideas para subrayar que hay más opciones en mi partido: es cosa de buscarlas.
Lo que hagan los demás partidos serán asunto de sus militantes y sus dirigentes. Pero en ello no me meto. Eso sí, admito que dos personas fuera del PRI avanzan con bastante celeridad: Margarita Zavala, del PAN, y Andrés Manuel López Obrador, de Morena, más los que acarician la posibilidad de ser candidatos independientes.
Conste...
No estoy descartando a los que suenan, solo digo que Osorio, Videgaray, Nuño, Meade, Manlio, Eruviel, etcétera, algo fuerte y diferente tienen que hacer en su propia conducción política, quizá necesitan ponerse pilas nuevas, adecuadas a las circunstancias que vive el país. Los resultados del próximo 5 de junio serán determinantes.
Pero me mantengo en lo dicho: pienso que como están las cosas, bien harían el PRI y el presidente EPN en voltear a ver a otras personas que merecen ser consideradas en la carrera del 2018.