Esta semana se han abierto al fin las posiciones respecto a las propuestas del nuevo alcalde de Nueva York; que algunos quieren ver como ideológicas más que de carácter social y con propósito de hacer justicia.

Estas son las líneas generales y algunas particulares que causan escozor entre los conservadores locales y, potencialmente, por la importancia nacional de la ciudad, a los de todo Estados Unidos:

1. Reducir las desigualdades entre los ricos y el resto de la población, pues se ha ido acentuando la brecha social y económica.

2. Cobrar más impuestos a los que ganan más de 500.000.00 dólares al año.

3. Subir el rango del salario mínimo.

4. Otorgar pre-kínder universal a los neoyorquinos específicamente a partir de los impuestos recaudados.

5. Otorgar una identificación municipal universal sin importar la condición  migratoria.

6. Generar una política social incluyente, que Nueva York vuelva a ser de todos después de años de clasismo y ultra conservadurismo.

Estas propuestas disgustan a los derechistas. Por eso, para no irritarlos, Cuomo quiere cubrir el pre-kínder con fondos estatales; por eso amenazan con irse de la ciudad y aun del Estado. Por ello los senadores republicanos han expresado su abierto rechazo, que no tolerarán el aumento de impuesto ni el aumento del salario mínimo.

Pero la personalidad de De Blasio, sin ser abrasiva, los confronta directamente y argumenta que la ciudad ha votado por un cambio progresista y por ello va a persistir y cumplir; que Nueva York no debe ser tratada como una colonia que no pueda tomar sus propias determinaciones (ojo cuadrado de los ultras).

Su firmeza se percibe incluso cuando anuncia que, contrario a los anteriores alcaldes, no participará en el desfile anual de la tradición irlandesa de San Patricio, ya que está en contra de manifestaciones excluyentes, como es el caso, donde se descarta a los grupos LGBT (Lesbic-Gay-Bisexual-Trasgender).

Y mientras que en México y Latinoamérica se reproducen políticos cada vez más conservadores, es curioso que en la que muchos llaman “capital del mundo”, alguien que se dice progresista, que habla libremente sobre Che Guevara o que simpatizó con la revolución sandinista, gobierne la ciudad y aun tenga pretensiones de alcance nacional, pues ha dicho que sus propuestas debieran extenderse.

Las propuestas de Bill de Blasio son razonables. Sin embargo, la embestida le viene y le vendrá de todos lados como la nieve de este invierno. Porque se sabe que allí donde hay un líder consecuente con las necesidades de la sociedad, se verá  -de sobra se conoce en México-, a un “peligro” que puede ser llamado o comparado con Castro, Chávez, Stalin, Hitler, Bin Laden, el maldito Kim Jong-un y el diablo mismo (los conservadores son propensos); cualquiera da igual, no hay distingos. Y si a ello se agrega que el alcalde está casado con una mujer de la raza negra, peor.

Citando la figura de Don Quijote, algunos sugieren su locura y, como en la comedia musical, ríen de su “impossible dream”. Pero en fin, prosigamos con interés el cauce de los eventos.