Estados Unidos es un imperio, piensa como tal, actúa en consecuencia de eso. Así que no le importan sus defectos y sus fallas, no resulta políticamente acertado buscar corregirlas, cuando es posible que sean cubiertas por los demás. Sin juzgar, la suya es una realidad imperial.

Tienen 40% de su base social “becados”, no pueden trabajar: son incapacitados o son jubilados, es evidente que su mayoría prefiere vivir de apoyos federales, estatales, etc. Es gente que no tiene ningún interés en trabajar, los empleos en el campo ni siquiera son una opción, pero tampoco quieren trabajar en condiciones cómodas de ciudad, aire acondicionado, servicios públicos, horarios de oficina, sueldos justos, etc. No les interesa.

El primer ciclo de USA se vio en la post guerra contra Alemania y Japón, con un fenomenal crecimiento económico en los Estados Unidos que lo consolidó como el país más rico del mundo.

El segundo ciclo se vio al final de la guerra fría. Como antes intentó Richard Nixon, la actual administración busca reducir ese número poniendo a trabajar a la nueva oferta laboral nacional. Hoy parece ser su tercer ciclo, un periodo de guerra tibia. USA busca consolidar su dominio imperial en el mundo.

 El caso es que actualmente hay 3 ciudadanos de USA trabajando por cada “becado”, pero eso no es sustentable para mantener  los que no trabajan: necesitan 5 personas trabajando  por cada “becado”. El sistema ha sustituido este vicio, dejando entrar trabajadores sin darles un estatus migratorio porque toman los trabajos que no les interesan a los estadounidenses, además que no se les paga lo justo de acuerdo a sus propias leyes, pagan impuestos y no  reciben casi apoyos públicos. Los llamo neoesclavos. En la medida que por los ciclos de la economía hay necesidad de mayor mano de obra no reglamentada, o cuando hay oferta laboral de ciudadanos, el gobierno de USA limita con medidas la mano de obra de inmigrantes.

Esto se ha visto en la historia de USA en varias ocasiones. El ejemplo clásico fue el programa Bracero que lo inició USA durante l militarización mundial por las guerras, en pláticas entre e lreconocido como el padre de la industria citrícola, motor del desarrollo del sur de Texas, exitoso empresario agrícola John H. Shary y el presidente Woodrow Wilson para recolectar en sus 15,000 hectáreas plantadas de cítricos, que fueron compradas por Hunt Realty Investment para desarrollar lo que hoy es conocido como Sharyland Plantation. Lo que entonces logró John H. Shary fue que se otorgara a los mexicanos un permiso por unos meses de empleo temporal, en la cosecha.

Resultaba bueno para los 2 países, al concluir regresaban a México con buenos ingresos. Esto se fue organizando en lo que se conoció como el Programa Bracero, que también contrario a lo que se lee, no fue concluido por proteger a los braceros del maltrato de patrones necesitados de cosechar su producción. USA necesitó concluirlo al regresar las condiciones de paz, pidió a las mujeres regresar al hogar;  con la presión de movimientos promovidos por líderes sociales como César Chávez, y la llegada de grandes resultados en el crecimiento de su economía ya no expidió más permisos y al caducar los expedidos se persiguió a los braceros mexicanos acusados de mariguanos, violadores, etc.

Una imagen de la difícil realidad y el reto al que se deben de enfrentar los paisanos mexicanos que hacen vida más allá de la frontera del norte se representó artísticamente en el cine, fue inmortalizado en los años 60’s en películas como “El terror de la frontera” y “El rey del tomate” en 1963; “El bracero del año” en 1964 y “El Pocho” en 1970, filmadas en el sur de Texas y estelarizadas por el Rey del Taconazo, el talentoso Piporro, Eulalio González Ramírez, uno de los mejores cómicos de todos los tiempos.

eAl cambio de las condiciones migratorias en USA, los nuevos Braceros que llegaban sin el programa de forma furtiva, se escondían, y unos buscaron su integración en ese país. Es exacto como sucedía en el imperio romano cuando le llegaba el momento del ciclo en que había que limitar la cantidad de esclavos en Roma, encontraban como deshacerse de ellos. 

El esfuerzo, con sacrificio aplicado al trabajo constante, como hicieron los paisanos, dio buen resultado. Hoy 7 de cada 10 nuevos consumidores en USA, son de origen hispano, 5 de ellos de origen mexicano.