El tabaquismo está considerado como una de las adicciones más frecuentes y más difíciles de vencer. Va más allá de un estilo de vida o un mal habito, en términos generales, la adicción al tabaco frecuentemente inicia por imitación, en búsqueda de inclusión en determinados grupos sociales o por adquirir un estatus promovido por los medios de comunicación. La adicción a la nicotina es una de las más ponderosas, ya que es provocada por cambios neuroquímicos que modifican el funcionamiento del cerebro y alteran la conducta de las personas.
Una adicción corresponde a un consumo repetido de una o varias sustancias psicoactivas, generando un deseo compulsivo de consumir la sustancia, lo que produce una gran dificultad para interrumpir o modificar su consumo de forma voluntaria. Las adicciones también provocan un efecto de “tolerancia”, lo que implica que cada vez se requiere una mayor dosis para experimentar su efecto placentero. Por otro lado, la interrupción súbita del consumo generará un síndrome de abstinencia provocando que el cuerpo genere respuestas físicas ante la ausencia de la sustancia.
La nicotina es la principal sustancia psicoactiva presente en el tabaco. Provoca efectos estimulantes, relajantes y puede incrementar la capacidad de concentración. En algunas personas también puede reducir la ansiedad e irritabilidad. Las inhalaciones del humo de tabaco provocan que la nicotina que entra a los pulmones pase a la sangre y llegue hasta el cerebro. Su efecto es breve, de alrededor de 30 a 40 minutos, lo que provoca que la persona sienta una gran necesidad de fumar otro cigarro pasando ese lapso.
La nicotina contenida en el tabaco modifica el funcionamiento cerebral alterando la conducta y las motivaciones de las personas que la consumen. La nicotina altera el funcionamiento químico del cerebro interactuando con uno de sus principales neurotransmisores, la acetilcolina. Este neurotransmisor se encuentra ampliamente distribuido en el cerebro actuando en múltiples regiones y es el responsable de controlar muchas de las funciones más importantes de nuestro organismo. Una de las áreas cerebrales que ven alterado de manera más importante su funcionamiento es el denominado circuito de la recompensa, que es el responsable de preservar conductas que nos hacen experimentar placer. La nicotina interactúa con estos centros provocando una conducta adictiva, que requiere de un constante reforzamiento.
Cuando se suspende el consumo del tabaco de manera súbita o por periodos prolongados, puede generarse una necesidad intensa de fumar, acompañada de irritabilidad, ansiedad, enfado, alteración de la concentración, aumento del apetito, reducción de la frecuencia cardíaca y en ocasiones, dolor de cabeza y trastornos del sueño. Estas alteraciones son señales de que la persona se encuentra en abstinencia y puede alcanzar su mayor intensidad a las 24 horas, lo que posteriormente irá disminuyendo gradualmente durante varias semanas.
Por otro lado, uno de los aspectos más importantes del tabaquismo es su relación con el cáncer de pulmón, de boca, lengua, cabeza o de cuello. También es responsable de generar enfermedades cardíacas como hipertensión, alteraciones vasculares, trombosis o isquemias. En pulmones provoca tos crónica, bronquitis y con el tiempo generará enfisema. Se estima que una persona con adicción al tabaco puede ver reducida su expectativa de vida hasta en 10 años.
Es muy importante destacar que cualquier tipo de adicción tiene un efecto perjudicial tanto para la persona que la padece, como para la sociedad. En el caso del tabaquismo, toda persona que se encuentre expuesta al humo del tabaco puede desarrollar las mismas alteraciones que el consumidor directo. Esto cobra otro nivel de alarma si se considera la cantidad de niños que se encuentran expuestos pasivamente al humo de fumadores. De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud, el tabaquismo mata hasta a la mitad de sus consumidores. Cada año mueren por tabaquismo más de 8 millones de personas, de las que más de 7 millones son consumidores directos y alrededor de 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno. Casi el 80% de los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios.
Combatir la adicción al tabaco es una tarea que requiere de conciencia, voluntad y determinación, pero también demanda de un acompañamiento profesional que marque los pasos a seguir en cada etapa de la desintoxicación para combatir la adicción. Las clínicas de tabaquismo de las instituciones de salud y educativas, cuentan con el personal y recursos profesionales para vencer esta adicción que amenaza la salud y la vida.