Las opciones para esa escala forzada eran Cancún o Mérida. Tizimín está a 197 kilómetros de la primera ciudad y a 176 de la segunda, pero ganó la de Quintana Roo porque desde donde andábamos, volar directo a la capital yucateca era imposible y no así a la perla del Caribe mexicano.

Les platico: A dos días de nuestro regreso a México recibí la llamada de un prominente ganadero de Tizimín, quien me dijo que tenía unos documentos que solo a mí me entregaría en mano, relacionados con la empresa Enerall -que lo fue o sigue siendo de Poncho Romo- y el desastre ecológico, económico y social que ha provocado en perjuicio de miles de aparceros, comuneros y pequeños productores de la zona agropecuaria más importante de la Península.

Y ahí nos tienen literalmente moviendo cielo, mar y tierra para acomodar el itinerario de regreso a la Patria, de tal forma que nos permitiera estar en tierras yucatecas para atestiguar la entrega de los mentados documentos.

Lo primero que me dijeron mis ahora fuentes en Yucatán, fue que la información que publicó la prensa sobre la afectación a los mantos acuíferos alrededor de Tizimín, fue filtrada por círculos cercanos al poder del gobierno republicano de la 4T.

“No hubo ninguna investigación como se quieren parar el cuello algunas agencias de noticias. Todo fue producto del pitazo que nosotros le dimos a gente de la Semarnat federal”, me aseguraron.

Lo que sucedió fue que ganaderos yucatecos muy agraviados por esta situación, hicieron contacto con funcionarios del régimen morenista y les entregaron un expediente de donde salió la mayor parte de la información publicada hace dos días.

Ese mismo expediente lo tengo ahora en mis manos, en su versión “recargada” porque trae datos y evidencias que hasta ahora no han sido publicadas y que iré compartiendo conforme se vayan dando las cosas.

Me prometieron que no se los darán a nadie más y como son yucatecos, les creo.

Filtraron esa información porque se cansaron de esperar que las instancias legales y especializadas detuvieran las maniobras de Enerall, que está secando a la actividad agropecuaria de la zona.

Entonces, la difusión de este caso es el producto del fuego amigo del gobierno de MALO, que le pega por enésima ocasión al jefe de la oficina de la presidencia. “Por algo será”, diría mi abuela la financiera.

Antes de seguir con éste relato, quiero aclarar que la información no me fue entregada por Pedro Francisco Couoh Suaste ni por Luis Rodríguez -dos importantes ganaderos de Tizimín- sino por otros que les igualan -o superan incluso- en tamaño de los negocios que manejan. Aclarado el punto, sigo adelante:

Mis informantes me explicaron que apenas inició la presidencia de EPN y la gubernatura de Yvonne Ortega en Yucatán, denunciaron que Enerall estaba creando una infraestructura tecnológica -eso sí, muy avanzada para los estándares nacionales- buscando el agua que necesitan sus procesos, mediante la explotación -Poncho le llama a eso “custodia”- de ocho cenotes.

Mis informadores aseguran que hasta donde ellos saben, todos los cenotes que existen en la Península de Yucatán son propiedad de la nación y no pueden ser dados en custodia ni siquiera mediante un decreto presidencial.

En la rueda de prensa que dio ayer con el Secretario de Hacienda, Poncho dijo que esos ocho cenotes los tiene Enerall en “custodia”. Como si fueran cenotitos recién nacidos y necesitaran de una pilmama porque no se saben cuidar solos. Para su información, los ocho tienen 70 millones de años de edad.

Luego dijo textualmente: “Dicen que me eché los mantos freáticos. Qué ignorancia de los reporteros. Todo lo que llueve en Tabasco va a Yucatán subterráneamente, por eso hay cenotes”.

Los documentos que recibí establecen técnicamente que aunque la península recibe cerca de 200 mil millones de metros cúbicos de lluvia al año, su balance hidrológico es negativo, pues no hay presas importantes, y existen sólo doce lagos de volumen mayor a medio millón de metros cúbicos.

El flujo del agua dulce en el subsuelo no tiene lugar solamente en ríos subterráneos, sino también a través de fracturas en la roca, y desemboca en el mar a través de ojos de agua.

Por otro lado, si Poncho perjura que ya no es socio ni dueño de Enerall ¿qué tiene qué andar dando ruedas de prensa explicativas sobre el caso, cuando los que deben hacerlo son los testaferros o prestanombres que operan ese negocito?

Y otra cosa ¿por qué invitó de chaperón a Arturo Herrera Gutiérrez a la rueda explicativa de prensa? ¿Será acaso que necesita guajes para nadar en medio de éstas turbulentas aguas?

Cuando Enerall consiguió esas concesiones hace 10 años, sí aparecía como dueño de dicha empresa. Desde 2018 dejó de ser accionista, tal como aparece en el acta constitutiva de esa firma, que consigna una asamblea extraordinaria donde Romo cedió, vendió o traspasó sus acciones.

Pero es innegable que sigue en ese negocio, porque los dos ganaderos con quienes me reuní en Tizimín aseguran que los encargados de la operación, alardean y “charolean” con el nombre de Poncho cuando algo se les atora en sus gestiones.

Mis fuentes aseguran que hay un montón de irregularidades en el funcionamiento de esa empresa, porque mientras Romo dice que tiene los ocho cenotes nomás en “custodia”, en la rueda de prensa admitió que tuvieron una discusión con Profepa que derivó en una ridícula multa, por un deslave que ocurrió en un cenote.

“Hubo un deslave, ni siquiera había agua, entonces no teníamos un problema medioambiental”, dijo textualmente.

Con esa declaración, Romo admite seguir siendo parte de dicha empresa, porque dijo “no teníamos un problema ambiental”; como le dijera Toro al Llanero Solitario: ¿”Teníamos, kimosabi”?

Y vuelve a admitir su presencia actual en Enerall al declarar literalmente: “Estoy sumamente orgulloso de lo que hice”.

 

CAJÓN DE SASTRE

“Como también diría tu abuela la financiera: ´¿quieren más, o les guiso un huevo´?”, concluye la irreverente de mi Gaby.

Continuará…

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “SIP, Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Desarrolló la primera plataforma BigData de México, para procesar y analizar altísimos volúmenes de datos en segundos. Miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones transnacionales. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países, que es utilizada para tomar decisiones y convertirla en inteligencia. Escribe diariamente su columna “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 50 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el Tecnológico de Monterrey, la U-ERRE y universidades de Estados Unidos. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.