Hace algún tiempo, en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos,
se oyó la voz de un poeta gritar:
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar,
Antonio Machado
Joan Sebastian
Con los motes de "El rey del jaripeo", "El huracán del sur", "El poeta de Juliantla", ciudad donde nació, a la cual rindió tributo con una canción del mismo nombre; el también llamado "Poeta del pueblo" murió en julio de este año, en el caliente estado de Guerrero, pocos días después de la muerte de su amado "Padrino", un caballo blanco y fuerte, fiel acompañante en sus innumerables espectáculos. Montado en él, cantaba y soltaba al aire y a su público versos y entonaciones que lo catapultarán con esa victoria que conquistan sólo los guerreros. Dicen que los animales se van junto a su amo, cuando llega el inminente aviso de la partida al lugar a donde iremos todos.
Profeta en su tierra, nunca olvidó a su pueblo de poco más de 600 habitantes.
"He andado en mil lugares,
conocí bellas ciudades, mas hoy quiero volver,
a ese nido en la montaña
donde tengo mi razón de ser...
a Juliantla, ese pueblo en la montaña
que de luz del sol se baña cada amanecer".
A los críticos y especialistas de la música quedará resolver la controversia, con más tranquilidad, sin pasiones y con objetividad, de si realmente fue un heredero del gran José Alfredo Jiménez, como muchos lo afirman. Fue un artista prolífico y una sola canción no alcanza para definir si llegó tan lejos, por ello habrá que hacer un análisis de toda su obra en conjunto y de su impacto.
Es difícil que un poeta mienta, en todo caso es auténtico, o no. Si lo es, desnuda tanto sus tempestades como sus alegrías, pasajes de su vida, experiencias, anécdotas; amor, desamor, los frutos de su imaginación, su alma, su sentir, su pensar y su pesar. Todo ello se puede advertir en la obra de Joan Sebastian. "El poeta es un mentiroso que siempre dice la verdad", dijo Jean Cocteau.
El cantautor, quien inicialmente quería ser sacerdote y nunca ocultó sus creencias, se describía como "sentimental", así lo expresa en una de sus canciones más conocidas:
"No, no es que extrañe tanto el sol de tu mirada
ni es que me falte el tierno roce de tu piel
sencillamente es que me canso de hacer nada
entonces tiendo a recordar, a recordar cosas de ayer;
mas no se piense que vivir sin ti no puedo
hoy mi nostalgia tiene otra explicación
sencillamente es que me amaneció nublado
y el cielo gris, y el cielo gris siempre me pone el corazón
sentimental, sentimental".
Fue un poeta popular. No se sabe qué tanto leería buena literatura, pero en sus poemas hechos canciones se descubre el atinado manejo del lenguaje de un ser humano franco y simple en su expresión; lenguaje no por ello menos profundo.
Poco se conoce que el vate inició su carrera cantando Pop. Después se fue explayando y encontró en el género banda y el mariachi un terreno más acorde para sus canciones.
El sufrimiento y los golpes de la pobreza y el desamparo, el buscar de puerta en puerta a alguien que escuchara sus primeras composiciones y el rechazo en un principio de las disqueras, las humillaciones a consecuencia de su apariencia de joven de pueblo; todas esas experiencias duras fueron vertidas y a veces sublimadas en sus canciones. Como un guerrero, encontró con coraje su camino y al final llegó la recompensa.
El dolor de un pasado difícil puede convertirse, si se maneja bien, en empuje, en fuerza positiva, y tal fue su caso.
Dos de sus hijos perdieron la vida. De nada salva la fama. Aunque intentó superar esas tragedias, uno de sus hijos, José Manuel Figueroa, quien lleva el nombre original de su padre, declaró a los medios: "Mi papá no murió de cáncer, murió de los golpes que le dio la vida en el corazón".
Cinco premios Grammy y siete premios Grammy Latinos le dieron la posición del mexicano con una mayor cantidad de esas preseas.
Por 16 años combatió al cáncer de huesos. Relató que el día que se enteró de su enfermedad, le dijo a los médicos que su cáncer era, más bien, un "cáncer del alma". En ese entonces no se encontraba bien anímicamente, pasaba por el recuerdo de sentimientos dolorosos de la infancia. "Yo no me encontraba bien", le dijo entonces en entrevista exclusiva a la periodista Patty Chapoy.
La cantante Angélica María fue clave en el impulso de la carrera de Joan Sebastian. Así lo dijo la también actriz hace unos días, vía telefónica, en un programa de televisión:
"Hace 47 años, en Oaxtepec, Morelos, me llevó las maletas, porque era maletero. Me dijo que me admiraba mucho y creía que era la persona que le podría dar un buen consejo, yo le dije, 'a ver, llévame tus canciones?, y me llevó un montón de hojas con sus letras?. En ese entonces Joan tenía 17 años y cargaba con él una guitarra.
"Creo que tú debes cantar tus canciones, porque cantas fenomenal y tienes un estilazo, son tuyas'", le dijo la diva. "Y por primera vez pequé de indiscreta y le di todos los datos de la gente de Musart (compañía disquera)" . "Ahora fastídialos diario hasta que te oigan", le aconsejé, "y dicho y hecho, los agarró por cansancio y miren nada más lo que fue".
Baladas crepusculares como "Me gustas", "Nube gris", "Llorar", "Amorcito mío", "Dos opciones" y algunos de sus hitos como "Tatuajes", "Llorar", "Gracias por tanto amor" o "Diséñame", un hermoso poema hecho melodía; y otras piezas más de banda y mariachi como "Soy como quiero ser", "Recuérdame bonito", por citar algunos ejemplos, son canciones hermosas, que pasarán a la historia con gran brillo y decoro. Los duetos con Antonio Aguilar, Lisa López, Rocío Dúrcal, Alberto Vázquez, por citar sólo algunos, también se seguirán escuchando.
Secreto de Amor, publicado en el año 2001, es sin duda su disco más emblemático y valorado por la crítica. En él le dedica una canción a su hijo, titulada "Julián", ya consciente de que padecía cáncer.
Joan Sebastian fue mucho más que un cantante del género banda, fue un poeta que arraigó hondo, con poesía hecha canción, en la cultura popular.