Con toda su solidaridad, riqueza cultural y magia de la Guelaguetza, Oaxaca registra en total 362 conflictos agrarios. Todo un campo minado en una entidad con 570 municipios.Y seguramente el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, conoce y sabe dónde se localizan los líos agrarios, pues en sus 12 años de campaña recorrió varias veces los municipios de Oaxaca, estado que se convirtió en su bastión electoral.
Es bueno que los tenga localizados. Y sería mucho mejor que tenga el diagnóstico de cada uno de los 362 conflictos agrarios, de los cuales 30, 104 y 228 son de alto, mediano y bajo riesgo, respectivamente.
30 de alto riesgo son más que suficientes para poner de cabeza al Gobierno Federal porque en las tierras en conflicto la gente es de armas tomar y se matan entre pueblos.
Por ejemplo, apenas en julio pasado ocurrió la masacre de 13 habitantes de Santa María Ecatepec, municipio de la Sierra Sur del estado de Oaxaca que mantiene un añejo conflicto agrario con San Lucas Ixcotepec, agencia del municipio de San Carlos Yautepec.
Ahí, en las 3 mil 600 hectáreas en conflicto los pueblos rivales tienen siembra de magueyes. Y según sobrevivientes, limpiaban terreno cuando fueron emboscados. ¿Quién atacó? Se desconoce.
Ese es el alto riesgo: El acecho de la muerte. Imagínense matanzas en cascada en los pueblos donde existen los 30 conflictos agrarios de alto riesgo. Ni Dios lo quiera.
¿Y las autoridades en la materia? Sí hacen su trabajo. Por ejemplo, el Delegado de la Procuraduría Agraria, Emanuel Jaime López Vásquez, realiza la labor de conciliación en el mismo campo.
Precisamente esta semana, cuando le solicitamos la cifra de los líos agrarios, estaba por salir de viaje a Salina Cruz, donde el ejido cumplía aniversario. Y visitaría además otros municipios del Istmo de Tehuantepec y de la Cuenca del Papaloapan.
Incluso, en ocasiones va acompañado de un magistrado agrario para buscar soluciones y resoluciones combinando la mediación con salidas jurídicas. Todo en campo.
Por su parte, la Secretaría General de Gobierno de Oaxaca, encabezada por Héctor Anuar Mafud, también realiza el trabajo de mediación.
¡Conciliación porque carecen de facultades para emitir sentencias o resoluciones!
Pero, incluso, las resoluciones de los tribunales agrarios en ocasiones no terminan con el conflicto. Es tal la complejidad, que los pueblos y comunidades no las acatan.
Sin embargo, cuando estallan los conflictos, cuando ocurren las matanzas, entonces toda la culpa la tienen las dependencias de los gobiernos federal y estatal. Sin embargo, no es así en todos los casos.
Entonces, ¿qué pasa? Que detrás de los conflictos hay intereses diversos y son atizados deliberadamente. Por ejemplo:
Hay “organizaciones sociales” manipulando a los pueblos en conflicto, confrontándolos, induciéndolos a matar a los habitantes de las comunidades vecinas.
Hay “luchadores sociales” instigando a las comunidades a defender sus límites, no por la vía jurídica, sino a punta de machetazos y balazos, para luego pedir a los gobiernos federal y estatal indemnización por muerto.
Hay abogados que dan largas y largas a promover verdaderamente la solución del conflicto porque les interesa exprimir económicamente a los pueblos.
Hay agencias municipales o de policía que revientan el conflicto agrario para exigir dinero.
Hay políticos interesados en sacar raja y atizan el lío con el pretexto de encauzar la solución del mismo como promesa a su clientela electoral.
Y hay, entre tantos otros factores, siembra de estupefacientes.
Son causas que encienden los ánimos en cualquiera de los 362 conflictos agrarios existentes actualmente en el estado de Oaxaca, pero principalmente en los 30 de alto riesgo localizados de la siguiente manera: Mixteca 9, Cuenca 1, Sierra Norte 1, Istmo 5, Valles Centrales 8, Sierra Sur 4, y Costa 2.
El tema agrario es relevante, sobre todo cuando están de por medio vidas humanas. Sin embargo, las autoridades en la materia trabajan contra corriente cuando la causa de las matanzas no son precisamente los conflictos de límites, sino de otra naturaleza.
Aquí debe poner atención el próximo Gobierno Federal que encabezará Andrés Manuel López Obrador porque muchas de las “organizaciones sociales” que atizan los ánimos en las comunidades con líos agrarios, son afines a Morena.
Y varios de los “luchadores sociales” que lucran con las matanzas provocadas con el pretexto de líos agrarios, militan en Morena.
¿Qué hará AMLO con quienes lo ayudaron a ganar, pero pueden manchar de sangre su gobierno con tal de seguir viviendo a costa de la muerte de campesinos e indígenas de comunidades con conflictos agrarios?