El resultado más claro y contundente de la jornada electoral de este dos de junio es que en las seis entidades federativas donde hubo elecciones, Morena hizo pomada al longevo y otrora hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Una debacle tras otra. Ni bien se reponía de la paliza de los comicios concurrentes de hace un año y, ¡zaz!, viene la otra, como si el partido no hubiera metido ni las manos.
Y así seguirán multiplicándose las derrotas para el PRI en las próximas elecciones locales y federales principalmente por dos razones:
Una: Porque es reciente su salida de la Presidencia de la República y la ciudadanía aún no olvida las acciones negativas del último gobierno, el peñista; con todo y los errores del Gobierno Federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador, primer mandatario de izquierda.
Dos: Porque mientras el PRI no cambie, no recuperará la confianza ciudadana. Ha sido una mala señal eso de dirigirlo la misma cúpula que en las elecciones concurrentes del 2018 lo llevó a perder casi todo tanto en el orden federal como local.
Desde su primera gran derrota, en el 2000, en el PRI se dijo que aprendería de la misma; el tiempo ha demostrado lo contrario.
Incluso, nada aprendió de su dolora debacle del 2018.
Y Claudia Ruiz Massieu será un primerísimo cuadro priista, pero carente de esa hambre de lucha verdadera y de triunfo. Claro, no es lo mismo formarse desde abajo, que obtener los cargos en virtud de una estirpe: Hija de José Francisco Ruiz Massieu y Adriana Salinas de Gortari, sobrina del ex presidente Carlos Salinas.
De hecho en las filas priistas pululan los cuadros hereditarios, por decirlo de algún modo.
En fin, por más discurso de “renovación profunda” los resultados hablan por sí solos: El tercer lugar en las elecciones a las gubernaturas de Puebla y Baja California.
Y con resultados preliminares, y para consuelo del PRI, en la primera entidad al corte de esta mañana aventajaba en cuatro de cinco municipios donde hubo elecciones extraordinarias; mientras en la segunda entidad no ganó nada, ahí la coalición Morena-PT-PVEM va ganando todas las diputaciones y todos los ayuntamientos.
En Aguascalientes el PRI solamente lleva la ventaja en un ayuntamiento; en Quintana Roo, llevaba la delantera solo en un distrito de 15; y en Tamaulipas no aventajaba en ninguna de las 22 diputaciones por el principio de mayoría relativa.
Donde mejor le habría ido es en Durango, donde los resultados preliminares le daban la ventaja en 15 municipios de un total de 39.
Pobre PRI, se afianza en la lona bajo la conducción de la dirigencia nacional encabezada por Claudia Ruiz Massieu y el grupo que la respalda. ¿Y así pretenden mantener el Comité Ejecutivo Nacional?
A la mala imagen del partido (gracias a las prácticas de algunos cuadros) se suman las “cargadas”, las “candidaturas de unidad” y los candidatos “oficiales” aun en elecciones por consulta a la base; es decir, la simulación tan cuestionada no solo internamente, sino por la ciudadanía en general.
Ese tiempo se agotó. No obstante, hay grupos internos que intentan llevar la elección de la dirigencia nacional del PRI por la ruta de la simulación. Así este partido iría que vuela a convertirse en un partido testimonial o a su desaparición total.
Pero como reza la vox populi, “el que por su gusto muere hasta la muerte le sabe”.
PAN
No fue una sorpresa el triunfo de Acción Nacional en las gubernaturas de Puebla y de Baja California; se veían venir. Y se trata de dos entidades emblemáticas para este partido político, sobre todo la segunda, donde gobernó por 30 años desde la victoria de Ernesto Ruffo.
Con tales derrotas, el PAN decrece y pierde fuerza rumbo a los próximos comicios federales intermedios, considerando que los gobernadores se convierten en operadores electorales; o, por lo menos, en las figuras de cuyo ejercicio de gobierno depende el éxito o el fracaso electoral.
Ya ven, en Baja California el hartazgo hacia los gobiernos panistas inclinó la balanza hacia Morena y aliados. Quién sabe por qué cuando un partido llega al poder se olvida del ejercicio de buen gobierno, y empieza a escribir su derrota.
En cuanto a las otras elecciones, al PAN le fue menos peor que al PRI; Acción Nacional llevaba la delantera en la mayoría de los municipios de Aguascalientes, y aventajaba casi en todos los distritos electorales de Tamaulipas.
MORENA
Vale la pena un análisis en específico sobre el fenómeno Morena en las elecciones locales de este domingo 2 de junio.
Aunque ni tan fenómeno en algunas entidades federativas, donde casi no ganó nada como en
Tamaulipas.
Claro, las gubernaturas eran la prioridad y las ganó.
Pero sin duda, el efecto Andrés Manuel López Obrador es de acción prolongada; sigue a pesar de los errores ya como Gobierno Federal; errores quizá pasables en una época aún de luna de miel con la ciudadanía.