Las redes sociales iniciaron su auge a principios del siglo XXI con las ya no tan famosas redes como Hi5, MySpace, IRC, ICQ entre otras. La conectividad era lo de moda y no todas las clases sociales tenían acceso, la penetración de internet en casas iniciaba y eran famosos los café internet o cibercafés que poco a poco con el paso del tiempo bajaron sus precios al igual que su demanda pues el acceso a la red era posible en escuelas, centros comerciales, plazas y otras zonas públicas.

Para mediados de la primera década de este siglo las redes sociales tuvieron un boom, pues ahora era posible acceder a ellas por medio de los teléfonos y los costos de tener internet en casa fueron a la baja siendo asequible a un mayor sector de la población que contaba con PCs en sus casas.

Por esa época los medios empezaron a tomar con seriedad el internet y sus portales y páginas eran cada vez más intuitivas y se veía que se le invertía una gran cantidad de recursos económicos y tecnológicos para ofrecer al cibernauta una mejor experiencia y así lograr jalarlos a sus medios tradicionales también.

La gente poco a poco empezó a dejar de comprar revistas y periódicos y preferían informarse desde los distintos medios electrónicos disponibles. La gente ya no quería leer las noticias de ayer o de hace doce horas, la gente quería informarse de lo que acontecía tanto en su ciudad como al otro lado del mundo en cuestión de unos minutos. Fue en la primavera árabe donde se mostró la fuerza de las redes sociales y de los portales pues ya no era en minutos como corría la información sino en vivo y sin intermediarios gracias a los smartphones como blackberry y el Iphone.

Pudimos presenciar las marchas en Chile pidiendo al gobierno educación universitaria gratuita comandados por Camila Vallejo. También pudimos ver las manifestaciones de Ocuppy Wallstreet y otras tantas como la de Francia, Gran Bretaña y otros países.

El internet democratizó la política también pues cada día que pasaba los políticos, las organizaciones y el gobierno se vieron obligados a atender ese nuevo espacio que se vinculaba con el ciudadano para bien o para mal. Los ciudadanos ahora tenían las redes sociales como Facebook y twitter que sin importar el tiempo o la distancia se organizaban para ser una voz ante las distintas demandas y exigencias que tenían. Si antes vivimos “el gran hermano” del libro 1984 de George Orwell que representó la censura y el hostigamiento del gobierno por décadas, ahora nosotros los gobernados pasamos a ser vigías de ellos, que por cierto aún no terminan por acostumbrarse.

El internet como vemos, nos ha dado muchas herramientas y no solo en el ámbito político y noticioso sino en el plano educativo, informativo y social. Pero ¿qué pasa? Que nos estamos llenando de páginas “noticiosas” que solo se dedican a publicar fake news para que la gente lo esparza como un virus en sus redes y así ellos sacan jugosos dividendos por publicidad o esparciendo virus y troyanos.

Cada vez se vuelve más difícil el compartir información fidedigna pues uno no termina de darse cuenta que lo que publicó es falso cuando ya hay cincuenta o cien noticias de ese mismo “medio” con un 70% de información sensacionalista, amarillista y falsa mezclado con un 30% de información bien fundamentada.

Es por ello que debemos de rescatar, ahora más que nunca, al internet ya que está en riesgo de que se viva un retroceso y la gente ya no crea en la información que es trasmitida por las redes. Sería un duro golpe pues hay intereses oscuros que así lo desean, no crean que es iniciativa de unas cuantas personas ya que están inmersos políticos, partidos políticos, gobiernos y organizaciones.

El ataque que estamos sufriendo con las fake news está tocando también a paginas informativas como Wikipedia, cuyo acervo lo tomamos como cierto pero que hay gente que la está llenando de información falsa y maliciosa con la intención de meter ruido, desprestigiar a una figura pública y matar esa iniciativa llamada Wikipedia donde millones de personas dedican horas a colocar información y perfeccionándola sin ningún fin de lucro.

Los invito a que cuidemos lo que compartimos, que informemos a todos los que comparten una fake news que la nota no es verdadera y la borren. Reportemos en las redes a esos medios para que ya no se les permita continuar con su labor desinformativa.

Así que cuando vean una nota sospechosa, muy sensacionalista, difíciles de creer, muy difícil que sea cierto, créanme que el 99% es falsa y debemos tomar las medidas arriba señaladas. Mi último consejo es que, si quieren saber a ciencia cierta que la nota es falsa, búsquenla en internet y si encuentran varias páginas con esa misma noticia, adelante.