Cuando la juventud emprende una travesía rumbo a la actividad política en México, se enfrenta con una serie de retos que van más allá de los tiempos y son universales. Hablamos por ejemplo de que el joven comienza a navegar contra corriente, los políticos tradicionales no suelen dar grandes responsabilidades a los jóvenes, sin embargo hay otros casos excepcionales donde el político rompe esquemas y da responsabilidades de gran peso a la juventud.

En estos casos los jóvenes se enfrentan entonces con algo más o menos parecido a una serie de terrenos irregulares repletos de arenas movedizas, serpientes, lobos y alimañas, la inexperiencia juega en contra de la juventud, fácilmente aquellos actores políticos que poseen producto de sus años un experimentado y retorcido colmillo, podrían aventajar a los jóvenes, en muchos casos es así y en otros más no.

¿Qué puede hacer un joven para evitar que la grilla lo consuma? Es sencillo, el joven debe trabajar, la máxima contra los grillos políticos es "contra la grilla, el trabajo", aquel que es joven lleva la carga de la inexperiencia, está obligado a demostrar su validez, y debe responder con resultados, con lealtad al proyecto en que confía.

Aquel político que confíe en los jóvenes sabrá que el error estará a la orden del día, que la inexperiencia traiciona y que mucha juventud de pronto espanta, pero el político que confíe en la juventud también tendrá a su lado a colaboradores honestos, colaboradores eficaces.

Si ser inexperto es no tener las mañas del viejo político, si ser inexperto es no tener la maldad como orden del día, si ser inexperto es ser honesto y leal, si ser inexperto es ser accesibles y tolerantes, señores y señoras: Nos declaramos oficialmente inexpertos.