Subir a un político al ring mediático con un happening sin estrategia definida, sin prever las consecuencias y solo por el mero hecho de colocarse en el centro de la atención pública, trae además de consecuencias catastróficas en términos de imagen, el riesgo de ser el hazmerreír tanto de los líderes de opinión (incluyendo deportivos) como de la sociedad en general.

Si a esta falta de visión política se suma el ingrediente futbolero, la equivocación del político llegará a una audiencia más amplia, con costos difíciles de superar en semanas o incluso meses.

En México nunca he visto que el público ovacione a un político, sea del partido político que sea, en un encuentro de futbol por su simple presencia; al contrario, los aficionados centran sus abucheos a todo aquel que se atreva a desviar la atención del encuentro. En México, el futbol y la política no se mezclan.

Esta semana, el foco de atención se centró en el líder del Partido Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero, quien dijo que solicitaría al Instituto Nacional Electoral (INE) reprogramar el encuentro amistoso entre México y Brasil a jugarse el 7 de junio, bajo un primer argumento:

"Nos preocupa y puede ser perverso que se organice un partido de futbol el 7 de junio porque se puede ver agravado el desinterés, el desánimo y el abstencionismo". ¡Perverso!, Madero llamó "perverso" a los organizadores del encuentro, sin reparar quizá en que la Confederación Brasileña de Futbol fue quien invitó a la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) para disputar el encuentro, cinco días antes del inicio de la Copa América.

A su vez, el representante ante el INE del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Horacio Duarte, presentó un proyecto de acuerdo para, además de modificar la fecha del México-Brasil, que la Selección Mexicana de Futbol se abstenga de utilizar la camiseta verde debido a que se identifica con los colores del Partido Verde Ecologista de México. 

Duarte y sus asesores no advirtieron que la Femexfut había anunciado desde el 29 de enero que la Selección jugaría este 2015 con unas muy elegantes camisetas blancas y negras. Un blooper magistral por parte de Morena.

Para rematar, en la Cámara de Diputados, los coordinadores parlamentarios del PAN, Ricardo Anaya y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Miguel Alonso, insistieron que la organización del México-Brasil puede resultar un distractor que inhiba la participación ciudadana.

Incluso, Ricardo Anaya reiteró la petición de Gustavo Madero con un mensaje clave excesivamente adornado:  "Esto merece una reflexión en el pleno del Instituto Nacional Electoral, en la próxima sesión, como lo está proponiendo el propio Presidente del INE, y que hagamos nuestras sus palabras, de entender que esto requiere una reflexión, como él ha dicho, menos improvisada?.

Un reportero de la Cámara de Diputados me comentó que estas declaraciones fueron la comidilla de toda la sesión, por lo absurda que resultó la petición panista y las reacciones de la izquierda.

La recomendación en términos de comunicación y estrategia política tanto para Madero, Duarte y Alonso, sería no insistir en el tema ante el INE y centrarse en un debate más elevado de cara a los comicios intermedios, que dicho sea de paso, necesitaban un tema jocoso como éste para animar las elecciones más aburridas de cada sexenio.