En un inusual video, el diputado priista Javier Treviño Cantú habla sobre Nuevo León, los retos que enfrentará y su visión de futuro. Pone sobre la mesa los temas realmente importantes y serios que en Nuevo León se tienen que arreglar y decidir, y sobre los que ningún otro político está hablando.
Treviño en realidad presenta el dilema que enfrentará el PRI en Nuevo León a la hora de nominar un candidato a gobernador: ¿su partido quiere popularidad o prefiere talento?
El video de Treviño es una apología del talento y la capacidad para gobernar.
Como nuevoleonés, estoy totalmente de acuerdo con él. Los partidos deben nominar a los mejores, no a los más populares, como sus candidatos a la gubernatura.
Porque si el PRI, el PAN y la izquierda privilegian la popularidad en vez del talento, ganarán las elecciones, pero Nuevo León se perderá.
Lo que plantea Treviño, uno de los pocos con capacidad y experiencia para gobernar mi Estado, es atendible si se quiere que Nuevo León progrese.
Javier Treviño señala los avances en el combate a la inseguridad, pero advierte que la situación aún es frágil y no se puede cantar victoria en este tema.
Hace un análisis serio sobre los retos en educación. Señala que la competencia ya no es Jalisco o el DF, la competencia es Corea, Shanghái, Canadá, y muchos otros países.
Treviño explica cómo si Nuevo León fuera un país, sería el lugar número 48 en matemáticas y lectura, y el 50 en ciencias de un total de 65 países que participan en el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes, que se conoce como PISA por su nombre en inglés. Y al paso que vamos, nos tomaría 57 años para alcanzar al número uno de la lista, y 19 años para alcanzar el promedio de los países de la OCDE (eso suponiendo que el promedio permaneciera igual y que el número uno no mejorara en ese tiempo).
Otro dato: de 95 niños que entran a primaria en el Estado, nada más 35 pasan a bachillerato. Y poco más de 7 jóvenes de cada 10, no tienen los conocimientos ni herramientas para enfrentarse a las exigencias del siglo 21.
Otro reto que menciona Treviño es el de que, al primer trimestre de este año, según la CONEVAL, casi el 50% de la población de Nuevo León no podía adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo.
Además, en la Zona Metropolitana de Monterrey el problema de movilidad es cada vez más serio, con consecuencias como:
- Miles de horas hombre perdidas
- Estrés
- Contaminación
- Más gasto de las familias en transporte
- Disminución de calidad de vida
Se ha invertido mucho en infraestructura, pero se ha solucionado poco. Tenemos ciudades cada vez más deterioradas, en sus avenidas y calles, en sus espacios públicos.
Según un estudio reciente del Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional, Monterrey está por debajo de Colima, Chiapas, Campeche, Zacatecas, o Tabasco en cuanto a la facilidad para hacer negocios.
Pero de nuevo, la competencia ya no son otros Estados del país, la competencia son, además, otros países, otros Estados de otros países y otras ciudades del mundo.
Mientras que Nuevo León andaría rondando por ser la economía número 79 del mundo, Texas, por ejemplo, sería la 15 y ha estado creciendo al 4% anual. ¿Porqué? Porque su prioridad es facilitar la creación de negocios para la generación de empleos, dice Treviño.
Treviño hace una crítica a la clase política de Nuevo León:
“Hay que decir las cosas como son, una buena parte de la clase política del Estado no está a altura de los retos y del potencial que tiene Nuevo León, y está concentrada en lo electorero, y viendo qué sigue para ellos. La política en el Estado está secuestrada por el mercantilismo. O sea que se impulsa el producto más conocido, pero al abrir el paquete nos damos cuenta que no trae nada, ¡está vacío!”
Es interesante lo que dice el diputado Treviño:
La discusión en Nuevo León hasta hoy está centrada en frivolidades, señalamientos y pleitos. Tenemos que cambiar esa discusión porque no hay espacio para gobiernos improvisados y ver qué se les ocurre hacer cuando lleguen al puesto anhelado. No hay espacio para gobiernos cortoplacistas y sin sentido de la responsabilidad pública, concentrados en ver dónde están los “centavos”. Porque eso se traduce en gobiernos frívolos, corruptos e incompetentes.
Treviño señala que a Nuevo León le corresponde un destino distinto. Y propone imaginar un Nuevo León distinto y trabajar por él.
¿Cuál es el potencial que señala Treviño?
Nuevo León es un Estado con potencial para ser en una de las economías más importantes de América, para convertirnos en la capital energética del país, para ser el centro emprendedor de América Latina. Un Estado que podría convertirse en uno de los mejores lugares para vivir del mundo.
Treviño propone una nueva discusión:
En primer lugar: ¿En qué queremos convertir a Nuevo León?
Esa es la pregunta más importante que nos tenemos que hacer y responder. Hace falta una visión clara y compartida de qué queremos que sea Nuevo León. Los nuevoleoneses tenemos que tener muy claro qué queremos ser como Estado, y esa visión la debe adoptar quienquiera que sea gobierno. Es necesario que la próxima administración estatal base su plan de gobierno en esa visión clara de lo que queremos ser como Estado.
En segundo lugar: tenemos que definir y concretar una Agenda Común por Nuevo León, basada en esa visión compartida de Estado. Una agenda para avanzar hacia ese futuro que queremos construir. Una visión de Estado basada en nuestra fortaleza, en nuestra esencia.
¿Qué es lo que nos hace diferentes y fuertes a los nuevoleoneses más allá de nuestra ubicación geográfica, capacidad industrial instalada, infraestructura de salud o universitaria?... porque todo eso es copiable y superable.
Para definir esa visión de Estado, lo que realmente cuenta es nuestra esencia. Ahí debe basarse nuestra visión común de Estado, en lo que nos define, en nuestra mayor fortaleza: En nuestra capacidad, actitud y tenacidad para emprender.
Convertir a Nuevo León en el lugar en América Latina en donde es más fácil iniciar y hacer prosperar una empresa, por pequeña o grande que sea. Convertir a Nuevo León en la plataforma del nuevo empresario mexicano: competitivo, globalizado, innovador y con sensibilidad social. Donde el trabajo y la propiedad son sagrados. Donde se crean las condiciones para que la Iniciativa privada tenga iniciativa.
Donde se castiga severamente la corrupción y los atentados contra la propiedad. Donde burócrata es sinónimo de facilitador. Donde el trabajo del burócrata es facilitar la vida al ciudadano, no al revés. Donde el gobernante se esfuerza y trabaja igual o más que el ciudadano común. Donde el gobierno simplifica las cosas en vez de sofisticarlas.
Porque un enemigo del ciudadano, del trabajador, del emprendedor y del empresario es que le compliquen las cosas. El aliado es la simplificación. Tenemos que ir más allá de sólo atraer inversión extranjera o de capitales nacionales consolidados. Hay que aprovechar esas oportunidades, pero no depender de ellas. Aprovechar la derrama que generaría ser el “Houston de México”.
Para crear y mantener las condiciones necesarias para que se funden nuevas empresas. No podemos depender de otros.
Tenemos que atraer y generar el talento que funde nuevas empresas. Es una cuestión de sostenibilidad a largo plazo. Esas condiciones serían la base para integrar la Agenda Común por Nuevo León.
Tenemos que generar y atraer TALENTO, dice Treviño. Esa es la constante en las economías exitosas en la historia del mundo: la generación de talento. Para competir mundialmente tenemos que tener niveles de educación a la altura de los mejores.
Gobierno y ciudadanos tenemos que trabajar para:
- Que impere la ley
- Privilegiar la transparencia y combatir la corrupción, porque la corrupción ahuyenta la inversión, inhibe el emprendedurismo, merma los recursos públicos, fomenta el desorden y siembra la impunidad.
En seguridad pública hay que:
- Fortalecer los avances
- Consolidar Fuerza Civil
- Consolidar la coordinación con el gobierno federal
- Mejorar el sistema de procuración de justicia
Y al mismo tiempo trabajar en el remedio estructural:
- Con el fomento de la cultura de la legalidad
- La recuperación de espacios públicos
- La reconstrucción del tejido social
- Tener normas equitativas. Certeza jurídica para todos.
- Servicios de calidad
Para ello es condición tener un desarrollo urbano bien planeado y ejecutado.
- Atender el problema de la vialidad y el transporte.
- Contar con infraestructura para el emprendimiento, como por ejemplo infraestructura logística y de telecomunicaciones para mejorar la conectividad de la ciudad con clientes y proveedores.
- Tener más créditos y microcréditos productivos. Establecer acuerdos con la banca comercial.
- Facilitar el acceso a Incubadoras y aceleradoras de empresas
- Dar servicios notariales, legales, de tecnología, espacios de trabajo, asesoría
- Simplificar trámites y permisos
- Modernizar la Junta de Conciliación y Arbitraje
- Otorgar estímulos a la generación de empresas con políticas fiscales que favorezcan la producción y la creación de empleos, y desincentiven las actividades no deseadas
- Sanear las finanzas públicas
- Eficientar el gasto
- Reducir los niveles de pobreza alimentaria, revertir la tendencia de crecimiento de la pobreza extrema, y generar mejores alternativas de vida para quienes se han quedado fuera de las oportunidades para salir adelante
Hay dos caminos para decidir quién podría afrontar estos retos y encabezar estos esfuerzos a partir de 2015.
En el primero, se privilegia la popularidad, y no se le da mucha consideración a lo que sigue después de las elecciones, que es gobernar. Y gobernar es una tarea muy compleja.
El otro camino es decidir con base en quién tiene las características necesarias para encabezar una visión compartida de Estado como la que Treviño acaba de plantear.
Y ahí hay, por lo menos, tres criterios que considerar.
Uno.- La capacidad de: administración, de ejecución y de simplificación;
en lugar de la improvisación, la incompetencia o la sofisticación.
Dos.- La capacidad política para unificar esfuerzos; en lugar de la tendencia a polarizar las cosas.
Tres.- tener seriedad y visión de Estado; en lugar de tener una visión electorera de las cosas, privilegiar la frivolidad y andar en la trampa y la grilla.
En otras palabras, la popularidad se puede construir en relativamente poco tiempo, la capacidad y el talento no. Y para gobernar se requiere ser capaz, no popular.
Eso dice Javier Treviño. Estoy totalmente de acuerdo con él. El candidato a gobernador del PRI no debe ser el más popular, sino el mejor. Y lo mismo debe ocurrir en el caso del PAN y de los otros partidos.
Si se insiste solo en candidatos populares para ganar las elecciones, vamos a terminar perdiendo a Nuevo León. Y, como se ha dicho tantas veces, si se pierde Nuevo León se pierde México.